Increíble, pero cierto. Raúl González ha tenido que irse del Real Madrid para poder jugar unos cuartos de final de la Champions, algo que no pudo conseguir con el equipo blanco en los últimos seis años. Aunque ayer no marcó, su espíritu guerrero y su toque profesional contagió a sus compañeros, que de esta forma tumbaron a un Valencia que luchó hasta el último minuto, pero que, al final, pagó muy caro el 1-1 de Mestalla. Poco podía imaginarse Raúl que llegaría tan lejos en la Champions cuando decidió fichar por el Schalke.
Los tres goles que lleva marcados en este torneo (uno de ellos en Valencia) y su carácter ganador permitieron al equipo alemán alcanzar los cuartos por segundavez en su historia. Pero, sobre todo, permitirán al ex madridista seguir engrandenciendo su leyenda. Podrá aumentar los 71 goles que le han convertido en el máximo goleador histórico de todas las competiciones europeas y aumentar también los 140 partidos que cumplió ayer en la Champions League, y que superaron el récord que ostentaba el italiano Paolo Maldini (139).
"Que no toque un español"
El morbo está servido. ¿Le tocará el Real Madrid? Todo dependerá de si el equipo de Mourinho consigue eliminar al Lyon tras el 1-1 en la ida y consigue romper su gafe de octavos. ¿Se imaginan a Raúl tumbando en Europa al equipo de toda su vida? Conociendo la profesionalidad de Raúl a nadie extrañaría que se convirtiera en el verdugo de los merengues.
¿Y si le tocael Barça? Seguramente su motivación sería un poco mayor, pero sospecha que podría ser más difícil eliminar al equipo de Pep. Son suficientes motivos que aconsenjan a Raúl a decir, como lo hizo ayer tras dejar KO al Valencia, que "espero que no nos toque ningún rival español. Hemos cumplido nuestro objetivo con creces en la Champions y ojalá podamos pasar a las semifinales.
Por soñar, quenoquede".Yañadió: "Para mí estos cuartos serán especiales porque llevaba muchos años en el Real Madrid sin poder pasar esta eliminatoria".
Infortunio 'ché'
Al Valencia no le acompañó ni una pizca la suerte. Primero se estrelló contra Neuer, y en la segunda parte, cuando Emery optó por jugar con dos puntas tras el 2-1, los nervios malgastaron las ocasiones visitantes. Por si fuera poco, el árbitro sueco Jonas Erikson, que se hizo millonario al vender las acciones que tenía en un empresa de comunicación (cobró 9 millones de euros), barrió para los alemanes.
Se interpuso en un obús que lanzó Joaquín y, a poco del final, no sancionó un posible penalti a Mathieu. El 2-2, que hubiese clasificado al Valencia, no llegó y si el tercero de los alemanes. Un duro golpe para Emery, cuyo futuro estaba cuestionado y que deberá defender, como mínimo, el tercer puesto en la Liga.