Manuel Pellegrini no tuvo reparos en reconocer que no pensaba competir con el Real Madrid y que regaló el partido consciente de su incapacidad para sacar un buen resultado en el Bernabéu. El descaro y la sinceridad del entrenador chileno hacen suponer que tanto el club como los jugadores debían saber lo que les venia encima y que por lo tanto, no habrá represalias a pesar de que el equipo perdió 7-0 y sigue en zona de descenso.
Distinto fue el partido de la última jornada de la Serie A que enfrontó al Palermo con el Udinese en el Renzo Barbera. A pesar de jugar en casa, los palermitanos recibieron un serio correctivo, culpa en parte del jugador estrella del conjunto visitante: Un Alexis que ya ha levantado sospechas de promesa entre algunos de los principales clubes europeos, después de dirigir a su equipo con cuatro tantos.
A diferencia del conjunto andaluz, en Palermo sí hubo represalias. El presidente del club, Mauricio Zamparini, regaló a cada jugador un pañuelo con un 0-7 estampado en él para que reflexionaran. El capitán del equipo humillado, Fabrizio Miccoli, reconoció que era un poco provocativo pero también estimulante.
Nuevos métodos
Además, Zamparini echó al entrenador, Delio Rossi, y contrató a otro técnico: Serse Cosme. El nuevo preparador llega con un peculiar sistema de trabajo en la cartera; tal y como han recordado varios medios suizos, escandalizados por la influencia nociva de sus métodos sobre el joven crack, Pajtim Kasami, Cosme usa películas pornográficas para motivar a sus jugadores antes de los partidos ya que así crea buen ambiente y motiva a los jugadores. Veremos como reaccionan los jugadores este domingo frente al Lazio -cuarto clasificado de la Serie A-, y si los cambios ayudan a mejorar la imagen deportivo del equipo. Y todo, por un set.