Sucedió el martes pasado, la víspera del Arsenal-Barça. En el Emirates Stadium, en la zona privilegiada del Diamond's Club, los anfitriones sirvieron la cena de cortesía a los cinco directivosdel Barça. Sandro Rosell, al entrar, ya advirtió a sus compañeros de junta que estuviesen preparados por si la cena se terminaba bruscamente, antes de tiempo. El presidente iba muy caliente al saber que Jon Toral Harper, cadete de 16 años de la cantera azulgrana, se iba a jugar al Arsenal. Se repetía el caso Cesc. La cena, con la cortesía de los ingleses, transcurrió tranquilamente hasta que, a la hora de los postres, Rosell hizo sonar la copa de vino con un cuchillo para reclamar la atención y hacer su parlamento ante Peter Hill-Wood y los otros dueños y directivos 'gunners', que le escucharon con atención creciente.
Rosell dijo, en primer lugar, que los británicos tenían una merecida fama de 'gentlemen' y que, ojalá a nosotros se nos pegara algo de su talante. Y entonces, celebrando que los ingleses hubiesen alabado la gestión del Barça con la Masia y el fútbol base llegó la recriminación. Recordó que cuando el Barça quiso a dos jugadores como Overmars y Petit se fue a Londres, negoció, pagó los 60 millones de euros y se llevó a los dos futbolistas. Recordó que, años después, cuando el Barça quiso a Gio van Bronckhorst negoció para tenerlo un año como cedido y, luego, se sentó con el Arsenal para pactar la cifra del traspaso. Mientras, les hizo memoria que, en el año 2003, aprovechando un vacío de poder en el Barça, ellos 'robaron'a Cesc Fábregas.El verbo usado por Sandro, sin alzar la voz en ningún momento y sin aspaviento alguno, incomodó a los mandamases del Arsenal pero dejaron que continuase con la historia. Recordó entonces que cuando Rijkaard quiso a Thierry Henry, el Barça se fue a Londres y negoció el precio y el traspaso del jugador. E incluso les refrescó el episodio del pasado verano. El Barça hizo una oferta formal por Cesc Fábregas por 40 millones de euros, el Arsenal la rechazó y el Barça se volvió para Catalunya sin hacer jugadas truculentas.
Y entonces Rosell, en ese momento del irónico brindis, miró al 'chairman' inglés y le soltó: Y ahora le contaré algo que quizá usted no sabe. Y ahí le dijo que mientras el Barça siempre va de cara porque es nuestro estilo, ellos, de nuevo, se acaban de llevar a Jon Toral, otro chaval de 16 años a escondidas. Riñó al Arsenal porque siendo un gran club mundial, un histórico del fútbol inglés, actúe de nuevo de esta forma.Y terminó con un a mí el jugador ya me da igual, pero ustedes sabrán lo que tienen que hacer. Y dicho esto, levanto la copa y les agradeció la cena, el trato y el deseo de que al día siguiente se viera un gran partido de fútbol. Los ingleses, por una vez, se hicieron los suecos y no dijeron ni una palabra sobre el tema
Pere Guardiola, a escena
Tema delicado. Pere Guardiola, hermano del entrenador del Barça, después de una inmaculada trayectoria en Nike, donde fue fichado por Sandro Rosell según cuenta con detalle el libro 'Bienvenido al Mundo Real', de un tiempo a esta parte se dedica a la representación de futbolistas. Él tiene que hacer su trabajo, como todo quisqui, al margen de quien sea su hermano y quien sea el entrenador del equipo, pero, por los lógicos remilgos éticos, no debe ser fácil diferenciar una cosa de la otra. Por ejemplo, un crack como el uruguayo Luis Suárez acaba de pasar del Ajax al Liverpool por un muy buen precio dada la categoría excepcional del delantero. Seguro que Suárez habría sido un jugador interesantísimo para el Barça si, en lugar de ser un jugador de Pere Guardiola lo hubiese representado cualquier otro agente mundial. Intuyo que, si alguien pensó alguna vez en ese fichaje, lo desestimó para que no se dijera que se daba negocio al hermano del míster. En el caso del joven Jon Toral, también representado por la empresa de Pere Guardiola y sus socios, ver que se va al Arsenal y deja el Barça no debe haber sido fácil, a nivel de conciencia, para ninguna de las partes.