Parecía que su carrera languidecía. La edad juega en cierto modo en su contra. Pero, no. David Sergio Trezeguet está reeditando sus espectaculares credenciales realizadoras. Al Hércules lo tiene por testigo. Ocho goles llevan la marcar de este espigado galo de padres argentinos. Es el 'killer' alicantino. A su 33 años está siendo la sensación de su equipo. A pesar de que su amplia trayectoria parecía que iba a continuar por pálidos senderos, el punta nacido en Ruán mantiene su pegada intacta.
Es el sino de un delantero que alcanzó el cénit en la Juventus. Anotar 138 dianas en diez campañas con la becchi signora está solo al alcance de los grandes. De los sublimes 'gallos'. Porque Trezeguet perteneció al corral galo que se hizo dueño del mundo. A aquel que se enseñoreaba con Zidane, Henry, Thuram... El Mundial de Francia fue suyo en 1998, por lo que se ganó la distinción de Caballero de la Legión de Honor; el Europeo también fue suyo dos años más tarde en el Campeonato de Bélgica y Holanda: marcó el gol de oro de la final que dio luz a los galos. También fue subcampeón en el Mundial 2006: falló uno de los penaltis ante Italia, que se proclamó campeona. Como 'bleu' dio sustancia a sus picotazos en 34 ocasiones. No está nada mal para haber disputado 71 partidos.
El curriculum de este espigado delantero de 1,90, es por tanto, de impresión. Ya se veía que el chaval prometía cuando se empezó a hartar a meter goles. Veintidós en su última temporada en el Mónaco. En la corte de Rainiero tomó el cetro, llegó a los 52 tantos en cinco campañas. A su lado Henry refulgía con brillantez para componer una de las parejas más resolutivas del Viejo Continente. La Juve le siguió el rastro. En Turín su reinado fue de una década, con momentos rutilantes y otros de menos lustre. Por ejemplo, en el segundo ejercicio llegó a las 24 dianas ligueras. Todo un logro para una competición con corsé defensivo. En 245 encuentros su registró realizador hablaba deun jugador de lo más selecto a nivel mundial. Sin embargo, una cierta decadencia empezó a notarse en sus números. En la última se quedó en siete dianas en 19 partidos.
Se veía que la carrera del francés debía empezar a dar un giro. No se vive de recuerdos por mucho que haya compartido vestuario con Zidane, Del Piero, Buffon, Vieira, Emerson, Cannavaro, o Ibrahimovic. Ha vivido muchas experiencias Trezeguet, compartido numerosas culturas este hijo de argentinos, si bien el padre es de ascendencia francesa. El apellido, por cierto, hunde sus raíces en la Gascuña. De este modo se explica que el herculino hable perfectamente el español. En el país del gorro frigio, precisamente, dio sus primeros pasos antes de recalar en La Galia. Luego Italia le hizo ver que el fútbol tiene hiel como los tangos: su Juve descendió en 2006 por el caso Mogi. Pero David es fiel a unos colores. Se quedó en Turín a pesar de que el Manchester le tentó y retornó a Primera.
Ahora en Alicante no aspira más que a ser el killer que acostumbraba, y quizá a encontrar un destino nuevo que le dé más lustre. Está acostumbrado a gloriosas coronas de laurel: ha sido dos veces campeón de la Liga francesa con el Mónaco y otras dos con la Juventus. Dos Supercopas italianas brillan en el palmarés de Trezeguet, mejor futbolista extranjero de la Serie A, en la que también fue jugador del año y 'capocannoniere'. Todo en el mismo año, en 2002. Casi 'na' lo logrado por este punta que está a tres goles de los 200 después de 354 encuentros. Por cierto, parece que la Juve le quiere de nuevo, pero lo da como una etapa cerrada. El estar casado con una alicantina, seguro, tiene algo que ver