Un bache que se veía venir

El Eibar ha sumado sólo una victoria en las últimas seis jornadas, lo que le hace perder comba con el liderato del Alavés

La inesperada derrota sufrida por el Eibar el pasado domingo ante la Cultural Leonesa confirma el bache de juego y resultados en que se encuentra sumido. El Eibar tan sólo ha sumado una única victoria en las últimas seis jornadas, la que firmó ante el Barakaldo (2-1) en la 18ª jornada. La mala racha en la que se halla inmerso acarreó la pérdida del liderato al empatar (0-0) hace dos jornadas en Palencia en el partido que suponía el inicio de la segunda vuelta de la competición. El primer puesto es perseguido con tesón por los aspirantes al ascenso al otorgar privilegios en una intrincada promoción. El Eibar lo poseía desde el vital triunfo en Ipurua ante el Alavés de la 15ª jornada (2-1). Pero desde entonces, el conjunto azulgrana ha entrado en un bache de juego que le ha hecho perder comba con el líder actual. El Eibar sumó la fantástica cifra de 25 puntos en las primeras jornadas y ya entonces Mandiola advertía que iba a ser complicado de mantener semejante ritmo de puntuación. "No estamos siendo tan superiores como para ganar tantos puntos", reconocía. Su vaticinio se ha cumplido puesto que en las once siguientes jornadas ha sumado 14 puntos. La profusión de jugadores atacantes indujo a Mandiola a dar un cariz ofensivo al equipo, que buscaba con ambición la meta contraria. Pero ello generaba también que la zaga quedara a veces desprotegida, lo que han aprovechado algunos rivales al contragolpe. Hasta hace poco esto no suponía un gran problema porque el Eibar acreditaba recursos ofensivos suficientes como para ganar y, de hecho, sigue siendo el segundo máximo goleador.

Lago y Lanzarote, erráticos

Las dificultades han llegado cuando ha descendido la aportación dos jugadores que han desempeñado un papel central en la producción ofensiva como Lago Junior y Lanzarote. El delantero lleva más de un mes en el que no muestra la velocidad ni la capacidad de desequilibrio del primer tercio de liga, quizá pendiente de si el Numancia deciderepescarle en este mercado de invierno. Mandiola le dejó en Guijuelo hace tres jornadas fuera de la convocatoria y hace dos en Palencia sólo jugó 33 minutos. Lleva cuatro goles, pero el último lo marcó ante La Muela en la 13º jornada. Por su parte, Lanzarote se constituyó pronto en el canalizador del juego ofensivo merced a su calidad técnica, visión de juego y capacidad de desequilibrio como muestran los cinco goles anotados y sus siete asistencias. Pero su último tanto fue en el campo de la Gimnástica en la 16ª jornada, lo que constata su claro bajón de juego.

Otro factor que ha incidido es la derrota en la 14ª jornada en casa del Logroñés (2-1). Fue la primera que se sufrió a domicilio en la actual temporada en un partido en el que el Eibar acumuló más méritos. Pero en su intento de deshacer la igualdad recibió un tanto al contragolpe que ha propiciado desde entonces una mayor dedicación defensiva. El equipo ha asumido menos riesgos en los desplazamientos posteriores a Torrelavega (1-1), Guijuelo (2-2) y Palencia (0-0), donde tan sólo ha cosechado empates. Un rendimiento antagónico al del comienzo de la campaña, en que venció en sus primeras cinco visitas.

El pasado domingo el Eibar afrontó el partido con dos sensibles bajas en defensa. Valín, puntal que había disputado todos los minutos como central y seguido por el Athletic, y el lateral zurdo Kijera no podían actuar. El Eibar no respondió a la exigencia que suponía la ausencia del 50% de la defensa titular y se vio remontado por la Cultural. Estos datos permiten reflexionar que quizá la plantilla no es tan completa ni en ataque ni en defensa como se vendió al principio de la temporada.

Todas estas circunstancias han propiciado que el Eibar haya perdido comba con el liderato que ocupa el Alavés y del que se encuentra ya a cinco puntos, lo que ha instalado la decepción entre la afición armera

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