Fichajes y fichajes

Fichajes y fichajes
Francesc Perearnau Subdirector

Si la realidad no demuestra lo contrario, lo que comúnmente se denomina el mercado, es decir esa millonada de futbolistas que vagan por el mundo esperando que el Barça los fiche, se ha puesto imposible. Hoy, por suerte para un club que nunca imaginó esta realidad en la que la cantera no es un mensaje recurrente ni un estribillo electoral sino la base de la mayor potencia futbolística jamás imaginada, a la hora de elegir a un jugador resulta más fácil equivocarse que acertar. Ni es cuestión de dinero ni de técnicos, que en el Barça son un ejército, sino, como en un transplante, de un posible rechazo, sea porque el tejido insertado no se adapta o porque el receptor lo repele, que sería el caso del descomunal fracaso que supuso Ibrahimovic, fichado por 69,5 millones de euros el verano de 2009 y repudiado por Guardiola, y por todos, un año después. La broma le ha costado al club más de 30 millones de pérdidas mientras que futbolistas como Pedro aparecen en el universo paralelo, puesto que costó 25.000 euros y ya es el segundo artillero de la era Pep según las estadísticas. El dato resulta clarificador. Ni Villa, que sustituyó al sueco por el módico precio de 40 millones, ha sido capaz de avasallar a Pedro. Y no es que Villa, al contrario de Zlatan, haya dejado de correr, trabajar y pelear por cada gol como un cosaco, pero jugar en el Barça requiere un ADN especial, un ritmo, una precisión y un sentido del juego que sólo se adquieren por genética azulgrana. Villa marcará goles pero sujeto a una determinada cadencia. En el futuro, los grandes fichajes deberían dar paso a refuerzos mucho más seleccionados, menos mediáticos, más jóvenes y desde luego más baratos.

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