Dani Sánchez, armando el taco

Dani Sánchez, un crack con tres oros mundiales, lamenta la falta de repercusión

Dani Sánchez, de 36 años, ganó en octubre pasado su tercer título mundial de billar a tres bandas tras batir en la final a Eddy Leppens, por 3 sets a 2, después de remontar un 0-2 adverso. Es todo un tricampeón del mundo y una figura indiscutible del deporte español, pero el jugador catalán lamenta la escasa repercusión del billar. Lo ilustra con una anécdota impagable.

“No importamos mucho, es como si nos dieran premios de vez en cuando para que estés calladito. Cuando me dieron mi primera medalla estaba en una gala con otros 40 deportistas. Yo estaba nervioso, también estaba la Infanta, y anuncian: 'Medalla de Bronce al Mérito Deportivo a Daniel Sánchez, billar, a título póstumo'. Me levanté, me senté, pero pensé: 'Tengo que ser yo, pero título póstumo me suena a que me han matado'. Subí a recoger la medalla, prácticamente nadie aplaudió, no me felicitaron, sino que me dijeron: 'Lo siento mucho, te acompaño en el sentimiento'. Me quedé planchado. Para que veas lo poco que importamos. Yo creo que a Rafa Nadal no le hubiera pasado. Luego me pidieron disculpas y rectificaron el diploma. En mayo me dan la Medalla de Oro. Espero que no me la den otra vez a título póstumo”, suelta ahora riendo.

Sánchez lamenta también la desidia federativa. “Deportivamente estamos en el mejor momento de la historia, somos los mejores en muchas modalidades, pero seguimos igual que hace 20 años en el tema de avanzar. Algo falla a nivel de comunicación. A Buenafuente fui porque me vieron en el diario. Por casualidad se monta una cadena, no porque haya un equipo detrás de la federación o lo que sea. Un poco resentido sí estoy. Es una pena. Las federaciones parecen que estén en diferente onda que los jugadores. Ahora hay una racha buena, sales en varios programas y reportajes, pero esto quedará olvidado porque no hay una continuidad. Otros países me dan envidia”, critica.

Con 9 años en el bar

La realidad en España es distinta. “El billar está ahora más reconocido como deporte, pero la gente sigue viéndolo como un juego de maleantes y barrios bajos. Es serio, pero por mentalidad o las películas aún existe esa imagen del billar como un antro de vicio. Va a ser difícil quitar eso”, se resigna el tricampeón, que empezó a jugar a los 9 años en el bar de sus padres en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). “Era bajito y, como no llegaba a la mesa, me subía a una silla o una caja de cervezas para poder jugar”. El señor Miralles, un cliente aficionado de club, vio la destreza de aquel mocoso. Dani comenzó a competir con 11 años y se hizo profesional a los 18.

“Estamos muy mal pagados comparados con el tenis o el fútbol, pero muy bien pagados comparados con una persona que trabaja ocho horas. Lo que no es justo es que el futbolista gane tanto, pero ellos mueven y venden mucho y es lógico. El billar está pegando muy fuerte en Corea y China está entrando también. Eso sería muy bueno, pero seguiremos siendo el billar: ya puedes ser cien veces campeón del mundo que no llegamos a tanta gente. Cada uno tiene lo que se merece”, dice Dani, otro culé rendido al juego del Barça.

“Hay bastante paralelismo con el billar. Una de las técnicas del Barça es pasar el balón al compañero más cercano para llegar al que está más lejos y no intentar el pase lejano de entrada. Es mucho más sencillo y práctico. En billar hacemos lo mismo: jugamos contra la bola más corta para morir en la más lejana. Es más fácil de controlar. En fútbol nunca había practicado nadie una técnica tan clara en eso. Y también los momentos de brillantez y el ritmo. Nosotros no somos muy rápidos, pero hay que jugar con un 'tempo'. Muchas veces el Barça me pone nervioso porque con 0-0 siguen dando pasecitos en la defensa, siempre a su ritmo. En billar también es muy importante: no ponerte nervioso y no querer enseguida atacar y hacer carambolas. Veo muchas cosas muy parecidas”.

Relación íntima con el taco

Sánchez admite tener “una relación muy íntima” con el taco. “Antes les ponía nombre. El taco es mi compañero, una extensión del brazo. Cuando sufro, parece que sufra conmigo. Aunque sea un trozo de madera, es algo que está vivo. Siempre he tenido una relación muy especial con el taco. Aún hoy conservo en casa todos los tacos con los que he jugado en mi vida, más de treinta, desde el primero que me compró mi padre que le costó 500 pesetas hasta el último”.

Una exhibición en un desierto mexicano, cerca de Tijuana, es el lugar más extraño donde ha jugado. “Aquello es difícil de superar, era casi el Oeste, sólo faltaban las pistolas para que fuera una película. El club era una antigua granja, a tres metros había una vaca en su cerco, pasaban gallinas por debajo de la mesa mientras jugabas y olía a animal. Para ellos era algo normal, pero yo nunca había visto una cosa así. Reímos mucho”

El campeón más joven de la historia

Dani Sánchez aún ostenta el récord de campeón del mundo más joven de la historia del billar, cuando ganó en 1998. “Yo no soy una persona liante. Yo sólo armo el taco para jugar a billar. Quizás la primera vez que fui campeón del mundo fue cuando armé más el taco jugando. Me colé en una final de forma inesperada, tenía 24 años, muy joven para el billar. De hecho, aún soy el campeón del mundo más joven. En esa final jugué muy bien para mi edad”. Luego repitió en 2005 y 2010

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