Eloy, el devorador de categorías

El delantero del Nàstic ha pasado de 1ª Catalana a debutar en Segunda en sólo dos temporadas

Salvando las distancias, la carrera futbolística de Eloy Gila (Sabadell, 22 años) comparte cierto paralelismo con la de los azulgrana Pedro o Sergio Busquets, cuya evolución ha sido fulgurante, llegando a dar el salto al Barça sin ni siquiera pasar por la Segunda División. El caso del jugador del Nàstic es similar, pero en categorías menores y haciendo todas las escalas: en sólo dos temporadas ha pasado de jugar en 1ª Catalana a debutar en Segunda División, el septiembre en un Nàstic-Rayo.

Sus primeros pasos los dio en el equipo de su barrio natal, el Ca N'Oriach, en el que pasó sus etapas alevín e infantil. El Sabadell lo fichó entonces, pero seis meses después decidió cambiar de aires porque no jugaba y, ya como cadete, ingresó en la AE Josep Maria Gené. Siendo juvenil, empezó a demostrar que lo suyo era el gol: marcó 17 en Liga Nacional, acabando como pichichi. Su olfato anotador acaparó la atención de la Gramenet, que le ató para su equipo filial, en 1ª Catalana. Allí estuvo en las temporadas 2007-08 y 2008-09.

Ese mismo mes de junio ascendió al primer equipo y se estrenó en Segunda B en la campaña 2009-10. La secretaría técnica del Nàstic, formada entonces por el tándem Nogués-Gordillo, se lo llevó a Tarragona para jugar en el filial. De camino a las oficinas para firmar su nuevo contrato, Josep Mª Nogués, que le acompañaba, se cruzó por el camino al entonces técnico del equipo grana, Luis César, y le dijo: “Si quieres un delantero que marque goles, aquí tienes uno”. Luis César tomó nota y al tercer día de trabajo con la Pobla de Mafumet, con el que no llegó ni a debutar, Eloy dio el salto al Nàstic, con quien hizo la pretemporada y acabó como máximo goleador, con cinco goles.

Futuro como grana

La confianza que le mostró Luis César, la marcha de Roberto al Huesca y la crisis financiera del club le echaron el cable definitivo para acabar quedándose: un jugador de casa no requiere el dispendio económico de un fichaje. Hoy, Eloy ha jugado 14 de los 17 partidos del Nàstic en Segunda (la mayoría como suplente) y ha marcado tres goles. Es un valor en alza que prefiere tener competencia para mejorar día a día. Mucho mejor así, porque el Nàstic está buscando un delantero en el mercado de invierno para enmendar la delicada situación deportiva del equipo, colista de Segunda y con un nuevo entrenador, Juan Carlos Oliva, que ha llegado dispuesto a cambiar el rumbo de un equipo desafortunado que necesita con urgencia un cambio de dinámica de resultados.

Los principales argumentos de Eloy, que es zurdo, son su polivalencia para jugar en cualquier posición de la delantera, su chispa y frescura y su buen desmarque y juego sin balón. Si aprovecha bien sus cualidades y trabaja, le aguarda un gran futuro en el Nàstic a medio plazo. El sabadellense ha encontrado su sitio en el equipo tarragonés y también en la Segunda División, una categoría nueva para él a la que sin embargo parece que no le va a costar mucho adaptarse. A Eloy, de momento, le ha ido mejor de lo que esperaba

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