Luis García-Quique: abrazo entre dos hombres de raza para sellar la paz

Quique Sánchez Flores se acercó al banquillo del Espanyol, instantes antes del inicio del partido, para saludar expresamente a Luis García

Quique Sánchez Flores se acercó al banquillo del Espanyol, instantes antes del inicio del partido, para saludar expresamente a Luis García, quien ya había buscado antes al técnico del Atleti en la banda. Y acabaron fundidos en un abrazo, gesto inequívoco para zanjar de un plumazo recientes rencillas entre dos hombres con la sangre caliente, para bien y para mal.

El técnico rojiblanco, triste protagonista del partido de Liga del 27 de noviembre cuando perdió las casillas y se encaró con el asturiano, ya avisó en la previa del choque copero que estaba todo olvidado. Recordaba Quique que él quiso fichar a Luis para dos clubs en los que estuvo (Valencia y Benfica), por lo que conocía sobradamente, el carácter del punta blanquiazul, genio y figura siempre.

Y ayer quedó todo perdonado. Los nervios jugaron una mala pasada a Quique y protagonizó un lamentable espectáculo, pero ayer un abrazo selló la paz entre ambos, dos deportistas de raza como la copa de un pino.

Intensa presión de la grada

Los jugadores del Espanyol 'sufrieron' el azote constante de los gritos y algún que otro improperio, de una grada que presionó y mucho durante los 90 minutos. El Calderón fue una auténtica olla a presión. Mucha intimidación. Había ganas de revancha entre la hinchada rojiblanca tras el meritorio 2-3 que el Espanyol arrancó del Calderón en el choque de Liga. Y se lo hicieron sentir y de qué manera, a los hombres de Pochettino.

Precisamente, la presión de la 'bombonera' colchonera propició que el colegiado Fernández Borbalán, lo peor del partido con diferencia, barriera para casa en más de un lance riguroso. El árbitro no estuvo a la altura del intenso partido y acabó perdiendo los papeles, mostrándose desacertado en muchas muchas de sus decisiones.

Injusta expulsión de Víctor

Todos, tanto el Espanyol como el Atlético, tuvieron motivos ayer para criticar al colegiado andaluz: el penalti de Amat no existió y la expulsión de Reyes fue un poco rigurosa. Pero ya en la segunda parte fue cuando Fernández Borbalán, en pleno recital de despropósitos, barrió en más ocasiones para el bando local. Perdió el norte y lo acabaron pagando más los pericos. Sin ir más lejos, Víctor Ruiz fue expulsado por dos más que rigurosas tarjetas amarillas.

No es la primera vez que Fernández Borbalán desquicia al Espanyol, pues ya en la pasada Liga 'regaló' más de una actuación para olvidar.

En otro orden de cosas, los jugadores del Espanyol tuvieron un bonito gesto con el preparador físico Ramón Catalá, que perdió a su madre el martes. Antes del inicio del partido, lucieron una camiseta donde se leía una frase de ánimos al querido 'fisio' blanquiazul

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