El mejor Rudy Fernández

La baja de Brandon Roy le ha dado una oportunidad que está aprovechando

El español promedia casi 20 puntos y 38 minutos en los últimos tres partidos

Rudy Fernández puede ser un jugador importante en la NBA. Por si alguien lo dudaba, el alero mallorquín lo ha demostrado a la mínima que ha tenido cierto protagonismo y continuidad esta temporada. Las lesiones de Brandon Roy y Nicolas Batum han hecho que el técnico Nate McMillan girase los ojos hacia él y el internacional español ha respondido con tres espléndidos partidos. En el último, ante Milwaukee Bucks, Rudy colaboró con 17 puntos y 7 asistencias a la victoria de los suyos por un contundente 106-80.

Antes se había ido hasta los 26 puntos y 6 asistencias frente a Minnesota (107-102) y a los 15 puntos y 6 asistencias contra Golden State (96-95). Tres victorias y tres notables actuaciones del español, que rinde mucho mejor cuando tiene minutos. El propio McMillan lo reconocía ayer tras el encuentro. “Cuando tiene más minutos, juega mejor, puede hacer más cosas que tirar. La verdad es que está haciendo un gran trabajo”, declaró el entrenador de los Blazers.

Rudy jugó ayer 39 minutos y en los últimos tres encuentros su media es sólo ligeramente inferior (38,3). Nada que ver con los 31 partidos anteriores de la temporada, en los que estaba en pista un promedio de 18,3 minutos, claramente inferior al de su primera (25.6) y su segunda (23.2) campañas en la NBA. Hasta el pasado viernes, ni una sola vez en el presente curso había llegado a 30 minutos en cancha. La continuidad de la que ahora disfruta es básica para un jugador como Rudy, que en su tercer año en la NBA sigue sin adaptarse al rol de especialista que McMillan casi siempre le ha adjudicado. Sus números se han disparado a la vez que su presencia en pista y en estos últimos tres encuentros Rudy ha anotado 19,3 puntos y ha repartido más de 6 asistencias de media.

Las lesiones de Roy y Batum –que ayer ya reapareció– han sido el elemento coyuntural que ha ayudado a Rudy a ganar protagonismo. Pero hay que destacar que, a diferencia de anteriores ocasiones, Rudy sí que ha aprovechado ahora la oportunidad. Y lo ha hecho porque a nivel personal ha logrado encontrar la estabilidad, y también la felicidad, que le había faltado muchas veces en Portland. El mallorquín se mantiene prácticamente aislado de la prensa (en lo que va de temporada aún no ha concedido una sola entrevista a un medio español) y muy centrado en su trabajo. Por otra parte, Rudy vuelve a sonreir fuera de la pista gracias a la llegada de Patrick Mills, con quien ha hecho grandes migas. El extrovertido base australiano es el principal responsable de que Rudy haya aparcado en parte la añoranza de su tierra, su familia y sus amigos.

Hay que recordar que fue esta “morriña”, más que su mayor o menor éxito deportivo en la NBA, la que impulsó a Rudy Fernández a pedir el pasado verano a los Blazers que le liberaran de su contrato para poder regresar a Europa. El equipo de Portland se cerró en banda ante sus pretensiones y a Rudy sólo le ha quedado la opción de asumir la situación y seguir trabajando a la espera de una oportunidad para demostrar su gran talento. Y ésta ha llegado en los últimos tres partidos

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