Enzo Bearzot, el técnico que llevó a Italia a ganar en España-82 el tercero de sus cuatro Mundiales, falleció el lunes en Milán a los 83 años tras una larga enfermedad. Con el tiempo perdura como símbolo de aquel éxito, ante la RFA en el Santiago Bernabéu (3-1), la célebre fotografía en el avión de regreso a Roma. En ella, presidida por el trofeo, aparecen jugando a cartas 'Il Vecchio' (El Viejo), como se conocía al malogrado entrenador, junto a Sandro Pertini, el también desaparecido presidente del país, el mítico meta y capitán Dino Zoff y el delantero Roberto Pruzzo.
Bearzot era una de las figuras más respetadas del deporte italiano. Tras dirigir a Prato y Torino, escaló peldaños en la Federación hasta asumir la selección italiana en 1975. Cuarto en el Mundial-78 de Argentina y en la Eurocopa-80 como anfitrión, dimitió en 1986 al caer en octavos en México y no revalidar el título mundial. No volvió a entrenar pero de 2002 a 2005 volvió a la Federación al frente del departamento técnico.
En España-82 nada hacía pensar que Italia alcanzaría aquel histórico éxito ya que en la primera fase empató sus tres partidos ante Polonia (0-0), Perú (1-1) y la revelación, la Camerún de N'kono (1-1).
Pero Bearzot se mantuvo fiel a su estilo. Con su inconfundible tez delgada e inseparable pipa, fue pionero en introducir la ley del silencio ante las críticas e Italia resurgió en el antiguo Sarrià: ganó a la Argentina de Maradona (2-1) y a Brasil (3-2) con 'hat trick' del inolvidable Paolo Rossi, también decisivo en semis con dos goles a Polonia en el Camp Nou (2-0). En la memorable final decidieron Rossi, pichichi con 6 tantos, Tardelli y Altobelli ante la alegría de un Pertini que, rompiendo el protocolo, se levantó de su asiento en el palco ante la complicidad de los Reyes.
Bearzot ostenta el récord de partidos (104) al frente de la 'azzurra', pero nunca dirigió a un equipo de la Serie A y como medio sólo fue una vezinternacional pese a jugar en Torino e Inter. Ganó únicamente un título, pero el que vale más