Frío adiós del campeón

Fran Mérida, autor del gol rojiblanco, marcó a los 30 segundos de salir al campo

El Atlético dice adiós a Europa con un empate en Leverkusen y el triunfo del Aris

Se acabó lo que se daba. El Atlético de Madrid se despidió ayer de la Europa League en una fría y nevada noche alemana. Fue en Leverkusen, aunque a los de Quique no les sentenció el Bayer, si no un equipo griego, el Aris, que llegó de comparsa a este grupo y ha acabado siendo la revelación. Buena parte de culpa de que eso haya pasado la tiene el propio Atlético y es que el equipo de Salónica ha sumado 10 puntos en esta fase de grupos, seis de ellos ante los rojiblancos. Ése ha sido el gran punto débil de los de Quique que poco menos que se suicidaron en su camino europeo cuando perdieron hace 15 días en el Calderón ante el Aris. Lo que debía de ser la garantía de continuidad europea acabó convirtiéndose en una ruleta rusa que el Atlético perdió. Ayer, en Leverkusen, tenía que ganar y esperar un pinchazo del Aris en su casa ante un Rosenborg que no se jugaba absolutamente nada. Todos apelaron –apelamos– al milagro y al tópico de que en el fútbol todo puede ser posible, pero no. El Aris sigue sin caer en su casa en Europa y ya van 43 años. Con esos antecedentes, lo cierto es que era casi imposible que sucediera el milagro.

Ahora, al Atlético no le queda otra que recordar los buenos tiempos europeos de hace apenas unos meses con la final de Hamburgo y el título de la Europa League. Eso y, por supuesto, luchar para rememorarlos la temporada que viene, eso sí, en la Champions League a ser posible. El camino a seguir es el del partido ante el Deportivo y la primera parte de ayer en Alemania. Ahí, el Atlético demostró ser un equipo ambicioso, capaz de ganarle a cualquiera. Ahora falta que lo refrenden este domingo en Málaga donde habrá que ver si los de Quique pagan la eliminación europea de ayer.

Un KO en el que, por cierto, el conjunto rojiblanco no cumplió con su papel y no ganó al Bayer Leverkusen. Fue un partido marcado por la cantidad de nieve caída antes, durante y después que si bien al principio no influyó en el desarrollo del juego, sí que fue decisiva en la segunda mitad donde el balón no corría bien por culpa de la nieve. Aunque, sin duda, lo que más pudo influir en el ánimo rojiblanco en esa segunda mitad fue enterarse en el descanso que el Aris había marcado. No fue el Atlético de la primera parte que pudo irse al descanso con el marcador a favor, pero Forlán no acertó a batir la meta alemana. Quique no engañó y dispuso el equipo con el que había estado ensayando toda la semana. Es decir, con Raúl García por la derecha en lugar de Reyes y Assunçao y Mario en la medular. Fue un Atlético muy bien posicionado en el campo que apenas pasó apuros y dispuso de las mejores ocasiones, mientras que De Gea apenas tuvo un par de sustos.

Salir y besar el santo

Tras el descanso, el panorama del encuentro cambió y fue el Bayer Leverkusen el que pasó a ser claro dominador. El Atlético no creaba peligro, todo lo contrario que los alemanes, mucho más ambiciosos que los rojiblancos. Fruto de ese dominio llegó el tanto del Bayer por obra de Helmes. Era el minuto 68 y todo se volvía negro para el Atlético. Pero apareció la figura de Fran Mérida que entró en el minuto 71 y 30 segundos después, en el primer balón que tocaba, ponía el 1-1 tras una gran jugada de Agüero. Los rojiblancos recuperaban e su orgullo con ese tanto porque no era cuestión de que el primer campeón de la Europa League dijese adiós con una derrota. Fue una despedida triste, pero esperemos que sólo se trate de un hasta luego

Buen primer tiempo de los de Quique que bajaron en el segundo

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