Con sólo dos campeones del mundo en la expedición (Puyol y Pedro) que viajó a la Ciudad Autónoma, Sandro Rosell acaparó el protagonismo en la puerta del hotel de concentración del Barça. El presidente azulgrana, que hizo su segundo desplazamiento con el equipo tras el de Kazan, quiso agradecer primero la fidelidad de los tres únicos seguidores culés que volaron a Ceuta, entre ellos los ya habituales Pere Vilà y Xavi Frigolé, siempre con cocas de La Bisbal de l'Empordà para los compañeros de vuelo bajo sus generosos brazos.
Rosell, acompañado de la tesorera Susana Monje, el directivo Josep Ramon Vidal-Abarca y el director deportivo Andoni Zubizarreta, presidió el almuerzo institucional con la junta del Ceuta. El Gobierno de la Ciudad Autónoma, representado por su presidente Juan Jesús Vivas Lara y un sinfín de autoridades, tomó las riendas de la organización del ágape, celebrado en el Parador La Muralla. José Antonio Muñoz, presidente del club ceutí, tampoco faltó.
Por la tarde, el magnífico marco de la Muralla Real de Ceuta albergó la recepción de Rosell a las Peñas de Ceuta, Tánger y Tetuán. Sois los nuestros de aquí y no estáis tan lejos; nos sentimos muy cerca de vosotros, les dijo tras ser asediado por la calle por jóvenes ceutíes en pos de su autógrafo