Polémica renovación de Rooney

Polémica renovación de Rooney
Santi Nolla Director de Mundo Deportivo

En el Manchester United habían saltado todas las alarmas: Rooney, el ídolo, quería irse siguiendo la estela de dos marchas duras para el club de Ferguson: Cristiano y Tévez. Rooney quería un adiós rápido, irse en invierno y se puso en el mercado. El Barça no picó. El Madrid entró, pero los blancos no lo querían por Navidad sino para la próxima temporada. El City estuvo siempre al acecho, pero el jugador inglés, al final, renovó por el United dejando en el aire dos preguntas: ¿Por qué quiso irse? y ¿por qué se quedó?

Rooney decidió que debía marcharse porque en este Manchester es difícil lograr títulos. Los Glazer compraron el United endosándole la deuda al club, saliendo ellos limpios de la operación. Eso pasa en los clubs en los que los propietarios se dedican a especular. Rooney quería más. Y ¿por qué se quedó? Porque cuando los hooligans fueron a su domicilio de madrugada, después de inundar la ciudad de amenazas, llamó asustado a Ferguson y le dijo que seguiría si le pagaban 11 millones brutos. Se los pagaron. No fue un farol, pero sí una renovación polémica.

El United ha dejado una lección: qué suerte tienen clubs como el Barça que sus propietarios sean los socios

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