SARPONGAZO

El disparo del holandés viajó a 104 kilómetros por hora hacia la portería de Carlos Kameni

Su potencia es equiparable a la de Cristiano y se acerca a la de Roberto Carlos en su buena época

La sublime actuación de Claudio Bravo eclipsó, en cierto modo la enorme puesta en escena de Jeffrey Sarpong, que también ofreció todo un recital en los escasos 11 minutos de los que dispuso en su debut. Y sería del todo injusto no detenerse a analizar lo que aportó el jugador holandés en su primera aparición como txuri urdin. En menos de un cuarto de hora revolucionó el partido con su velocidad, pero la 'exhibición de bolsillo' que ofreció en ese tiempo, tuvo su punto culminante en el minuto 85, cuando descubrió el cañón que tiene en su pierna derecha. Su disparo desembocó en el gol en propia puerta de Forlín y, mientras el esférico viajaba hacia la portería de Kameni, la afición txuri urdin se retrotrajo a tiempos en los que De Pedro, Kodro, Nihat o Craioveanu reventaban el balón en el mismo escenario.

El 'Sarpongazo' merece un análisis pormenorizado. Fue una ejecución prácticamente perfecta -sólo el leve manotazo de Kameni y la cruceta lo separó de la perfección- que, además de por su potencia, se convirtió en mortífero por su precisión -habría sido gol directo de no haberla tocado el meta espanyolista-. El holandés golpeó el balón a 28 metros y 30 centímetros del extremo más próximo de la portería. Y tardó nueve décimas de segundo en alcanzar la madera de la portería visitante. De esto se desprende que el balón viajó a una velocidad de 104 kilómetros por hora, ni más ni menos.

El fútbol dice que es muy complicado encontrar futbolistas capaces de ejecutar disparos con esa potencia. Por no hablar de los pocos que son capaces de acompañar un chut a semejante velocidad con la precisión que lo hizo el sábado el realista. Sin ir demasiado lejos, un disparo de Cristiano Ronaldo ante el Zurich en la última Champions que dio la vuelta al mundo, viajó a 103 kilómetros por hora. Los científicos especializados en biomecánica del fútbol establecen la potencia media de los disparos de los futbolistas profesionales -sin buscar la precisión- enprácticamente 90 km/h, con lo que el mero hecho de hacerlo a 103 y clavando el balón en la cruceta lo dice todo sobre el chut de Sarpong.

Comparándolo con los grandes lanzadores de falta de los últimos tiempos, la potencia que le imprimió el holandés al esférico también salta a la vista. Beckham disparaba a una media de 87 km/h y en esa velocidad se sitúan otros especialistas como Ronaldinho y Alves. Tiko en 2002 ya consiguió alcanzar los 102 kilómetros hora en un chut y Juninho Pernambucano disparaba a unos 100 km/h. Pero quizá, el hombre que más fuerte le ha pegado al balón en los últimos tiempos ha sido Roberto Carlos. Los disparos del brasileño solían rondar en sus buenos tiempos los 115 km/h y en el gol antológico que le marcó a Francia en la Copa Confederaciones, el balón viajó a 122 km/h. Estos datos dejan a las claras que la potencia de Sarpong es muy superior a la media.

No es para menos, ya que su tiro del sábado haría saltar los radares de la variante, competiría con el Dragon Kahn en bajada (110 km/h), adelantaría a muchas scooters de 125 cc. o adelantaría a los autobuses en la autopista

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