José Mourinho, un hombre caracterizado por un carácter distinto, amigo de la polémica y experto en echarse a los equipos que entrena a la espalda, parece que no es tan fuerte como aparenta. Sólo han bastado cinco jornadas para que la presión lógica que debe aguantar el entrenador del Real Madrid lo desbordara y protagonizara una de espantadas más célebres de la historia del fútbol. ¿El motivo? No convocar a uno de los jugadores con mayor proyección que tiene en su plantel, Pedro León, de cara a su enfrentamiento con el Auxerre en la liguilla de la Champions.
La prensa madridista ha intentado, en menor o mayor medida, justificar la actitud del entrenador, al tiempo que le da un toque de atención. Es curioso ver cómo los que tanto defendían su actitud chulesca ahora se echan las manos a la cabeza ante tales palabras.
Empiezan a cansarse de la actitud del portugués
En el diario 'As', Alfredo Relaño se muestra crítico con la postura que ha adoptado el técnico luso en las últimas semanas y recuerda la entrevista que concedió a Michael Robinson en 'Informe Robinson' en la que aseguraba que él mismo no se gustaba en televisión y sentencia que "si él mismo no se gusta, se puede figurar cuánto disgusta a los demás". Asimismo parece que la principal preocupación del periodista es el hecho de que la excesiva popularidad de Mourinho "ensombrezca al propio Madrid" y le "cree nuevos enemigos".
Avisan de lo peligroso que es enfadar a la afición
En el mismo rotativo, el periodista Manolo Lama hacía hincapié en la falta de respecto que había tenido el luso con Pedro León y con los futbolistas del Getafe en general, al menospreciarlos considerablemente. Por su parte, el siempre visceral Tomás Roncero defendía al jugador, al que tiene un especial aprecio, y tildaba las palabras de Mourinho como "rastreras", avisándolo del peligro que conlleva "irritar a los madridistas" con su actitud.
Inda, defensor acérrimo de Mou, tira contra Guardiola
Desde el diario 'Marca', en cambio, tienen una perspectiva diferente mucho más afín a la filosofía del entrenador del Real Madrid. Roberto Gómez pide "respeto para Mou y para sus decisiones" argumentando que si ha decidido dejar fuera de la convocatoria al jugador murciano será por algo. "Algo hay de Pedro León que no gusta a Mourinho y sólo él lo sabe". Más rotundo se muestra el director del periódico, Eduardo Inda, quién defiende a capa y espada el sistema del portugués, al que augura éxitos que lo encumbrarán en la historia del madridismo, y aprovecha para tirar con bala contra su antecesor, "el insípido Pellegrini" y criticar la falta de goles, acentuando a Gonzalo Higuaín, quién "falla tantos que mi hijo de cuatro años remataría entre los 7,32 metros de ancho de la portería". Pero Inda, fiel a su estilo, no olvida a Guardiola ni en las columnas en las que nada tiene que ver y le envía un mensaje de 'agradecimiento'. "No quiero terminar sin dar las 'cenkius' al que orina colonia por ponerme en el mapa y hacerme un hombre. De bien nacidos es ser agradecido".
El enfado, una estratégia para desviar la atención
Por su parte, Miguel A. Herguedas sugiere desde El Mundo que todo lo ocurrido en la sala de prensa es una "cortina de humo" para desviar la atención de lo verdaderamente preocupante: el juego del equipo. "Hay que distraer la atención ahora que no acompañan ni el fútbol ni los resultados. Conviene que las portadas reflejen las provocaciones antes que los empates sin goles. Eso lo maneja Mourinho como nadie y hay que reconocerle el mérito. Otro debate es saber si esas son las formas de un entrenador del Real Madrid".
Mourinho, un pirómano
Por último, Julián Redondo, desde La Razón augura un futuro bastante negro para el técnico madridista si sigue con sus provocaciones. "Dispara a todo lo que se mueve, es un pirómano que ha pegado fuego al decálogo de Florentino Pérez y eso lo va a pagar; si no él, el Real Madrid".