En un terreno de juego que hizo honor más que nunca a la leyenda de San Mamés con un aguacero constante que acabó convirtiendo el piso en un barrizal, el Barça no perdió la esencia del primer toque pero se vio exigido a dar un plus. Los 'peloteros' Xavi e Iniesta no lo tuvieron fácil y en un escenario así debían verse secundados por Sergio Busquets y Seydou Keita. Del primero no hay dudas. Ha arrancado la temporada a un nivel excepcional que le refrenda como el mejor pivote defensivo del mundo con sólo 22 años. Del africano había menos seguridad, sobre todo tras un primer tramo de la campaña mucho peor que el fulgurante del año pasado. Era una noche para la reivindicación del futbolista de Mali, el esperado paso adelante se tradujo en una actuación decisiva en Bilbao.
Keita ejerció anoche un papel más protagonista ofreciéndose de forma inteligente entre líneas. Interpretando el juego más directo que ayer aplicó el Barça para responder la presión inicial del Athletic y los condicionantes derivados de la lluvia, Seydou buscó la espalda de los centrales locales (San José y Amorebieta) y rozó el 0-1 en el minuto 13 tras una magistral asistencia de Xavi pero, solo ante Gorka, remató sin convicción nada más pisar el área. Lejos de venirse abajo y consciente de que la cita de San Mamés podía suponer un examen para él pese a la infinita confianza de Guardiola, siguió presentándose al combate físico y obtuvo el premio con la acción del primer gol. No marcaba desde el 31 de octubre en Pamplona tras haber metido seis en las primeras nueve jornadas y ayer abrió la lata rompiendo la defensa tras un pase de lujo de Villa.
El 0-2 fue también obra de un centrocampista. Siete minutos después de que Keita buscara el segundo de su cuenta con un disparo lejano, Xavi sí perforó la red de Gorka desde 20 metros. El de Terrassa, habitualmente dado a inventar pases letales, quiso cerrar el partido y con la inestimable colaboración de Iturraspe, en cuyo cuerpo rebotó el balón, se salió con la suya estrenándose como realizador esta campaña.
Sólo faltaba que 'Busi' se sumara a la fiesta. El de Badia del Vallès, omnipresente coche escoba en la zona ancha azulgrana, culminó una contra de libro generada por una apertura de Keita a la banda de Pedro. Sergio, que no 'mojaba' desde la semifinal del Mundial de Clubs contra el Atlante y siguió consagrándose en la Catedral, reventó el balón sin contemplaciones para matar otra vez el partido tras el 1-2 'in extremis' de Gabilondo y rubricar el particular 'hat trick' de la segunda línea