0-1: El Nàstic no puede con un Rayo que sigue imparable

Óscar Trejo remata a Rubén y los madrileños se llevan los tres puntos

El Rayo Vallecano consiguió ganar por la mínima al Nàstic (0-1) en un partido en que los locales llevaron la iniciativa pero les faltó llegada y pegada, y en el que los madrileños se mostraron sobrios y prácticos, aprovechando las escasas ocasiones de gol de que dispusieron. El Rayo salió bien asentado y dando la sensación de querer llevar la iniciativa, pero la presión del Nàstic era muy buena, hecho que ayudó a generar las primeras ocasiones en los primeros compases del juego. Rubén Navarro tuvo la más clara de cabeza, tras rematar un lanzamiento de esquina.

El Nàstic se comía al Rayo con presión pero le fallaba la pegada, acusando una falta de ocasiones que impedía que el buen juego de los locales se transformara en goles. La lesión de Rubén Navarro y la entrada del holandés Powel le dio más mordiente al equipo de Luis César, que estuvo a punto de abrir el marcador a los veintidós minutos, tras una buena contra. El juego se fue diluyendo por parte de ambos conjuntos y las ocasiones empezaron a escasear. El Nàstic destruía bien la salida del balón de los madrileños, pero a la hora de crear le costaba horrores sobrepasar la maraña defensiva del Rayo. Por su parte, el equipo madrileño apenas creaba juego, y éste se diluía al llegar a línea de tres cuartos. Pero eso cambió a la media hora de juego.

Ante la escasez de fútbol, Óscar Trejo decidió que debía hacer algo para variar el panorama. Así el centrocampista argentino realizó una jugada personal que le dejó sólo ante Rubén, al que fusiló sin piedad. El Nàstic no se resintió y siguió encerrando al Rayo en su campo, pero marcar un gol parecía realmente misión imposible, porque los de Luis César fallaban constantemente a la hora de definir. Y lo que pasó es que el Rayo pudo sentenciar justo antes del descanso. Un error de Medina sirvió para que Armenteros se plantase solo ante Rubén. Su lanzamiento salió lamiendo el palo cuando ya se cantaba el gol. La segunda parte fue un calco de la primera en el primer cuarto. El Nàstic seguía apretando, aunque ya no generaba ni ocasiones, mientras que el Rayo esperaba su oportunidad a la contra y a balón parado.

El empuje local fue disminuyendo con el paso de los minutos, y eso facilitó que el Rayo se sintiese cada vez más cómodo sobre el rectángulo de juego. La expulsión de Amaya a la media hora por doble amarilla no cambió demasiado el panorama, porque el Nàstic ya no tenía el ímpetu de la primera mitad. Los locales tuvieron en empate en las botas de Eloy tras lanzar la falta, y después de que el canterano fallara cuando se cantaba el gol. El mismo jugador volvió a errar una clara ocasión a cinco minutos para el final, tras pase de Gerardo, completamente solo. Powel lo intentó de cabeza sobre el tiempo, sin suerte y, al final el Rayo se llevó, con los justo, tres puntos de oro del Nou Estadi.

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