El Girona sigue intratable en casa -dos partidos, dos victorias- y venció ayer al Huesca, que no consiguió entrar en el partido en ningún momento. El gran protagonista fue Roberto Peragón. El pequeño delantero dejó sentenciado el encuentro antes de llegar a los primeros 20 minutos, marcando los dos primeros goles de su equipo. Dos acciones de puro delantero centro que dejaron al rival tocado.
A partir de ahí, la tranquilidad se apoderó del partido. El Girona supo mantener la ventaja ante un Huesca que no creó peligro de ninguna forma y que apenas pudo acercarse al área de Dani Mallo. Con la intención de cambiar el rumbo del partido, el técnico del equipo oscense, Onésimo Sánchez, introdujo antes del descanso un doble cambio ofensivo -el centrocampista Gallardo y el delantero Galán por el extremo Víctor Pérez y el central Ochoa- que no dio el efecto deseado.
En la segunda mitad, el dominio de la posesión fue claramente del Huesca, pero sin ocasiones claras de gol. Sólo el delantero Roberto, que volvía tras una lesión, tuvo la oportunidad de recortar distancias, pero su acción no tuvo éxito.Cuando más estaba intentándolo el equipo visitante, llegó el tercero del Girona, obra de Kiko Ratón. El punta canario se encontró solo dentro del área y puso el 3-0 que dejaba al Huesca sin opciones. Sin embargo, los de Onésimo lo siguieron intentando hasta que Marco Navas, ya en el 90', maquilló el resultado poniendo el 3-1 definitivo. Con esta contundente victoria, el Girona confirma las buenas sensaciones que dio el día del debut en casa ante el Tenerife. El equipo de Agné suma ya 6 puntos y se sitúa en la parte alta de la tabla