Raiola, ¿por qué no te callas?

El Barça emitió un comunicado en el que amenaza a Raiola con dejarle de pagar si no para de "atentar contra el honor" de Pep Guardiola

Las continuas y reiteradas salidas de tono y provocaciones de Mino Raiola, agente de Zlatan Ibrahimovic, colmaron ayer la paciencia de los directivos del FC Barcelona, que se decidieron a intentar poner fin al incesante goteo de ataques del agente, especialmente obsesionado en las últimas fechas con el entrenador del equipo, Pep Guardiola. El club azulgrana emitió ayer por la tarde un comunicado en el que instaba a Raiola a cerrar la boca si no quiere dejar de percibir la retribución anual que cobra en virtud del contrato que le liga profesionalmente a la entidad catalana. El caso es que, como es habitual en todas las operaciones, los representantes de los diferentes jugadores perciben año a año el porcentaje que les corresponde de los emolumentos del jugador según lo pactado en su momento por las partes. En esa entente existe una cláusula por la cual los representantes se comprometen a no hacer nada que pueda perjudicar la relación entre sus representados y el club.

El Barça considera que Raiola ha venido efectuando en los últimos día declaraciones que atentan contra el honor y la integridad moral de Pep Guardiola y que eso perjudica a las relaciones entre el entrenador y el jugador, con el consiguiente riesgo de que el futbolista no cumpla con sus obligaciones. Eso, a juicio de los servicios jurídicos del FC Barcelona constituye un flagrante incumplimiento del contrato de representación y gestión que Mino Raiola tiene suscrito con el club, por lo que podría rescindirlo. De momento, la entidad azulgrana no tiene intención de que eso suceda y el comunicado emitido tan sólo es un serio aviso de lo que puede suceder en el caso de que el agente de Ibrahimovic continúe atacando al club y especialmente a Pep Guardiola.

Pep estaba muy molesto

Con esta amenaza, el Barça pretende no sólo callar a Raiola sino intenta que cualquier tipo de negociación que se produzca con el entorno del delantero sueco, ya en su recta final, se lleve a cabo dentro de la normalidad y sin que se falta al respeto a nadie. La reacción del club tampoco obedece a ningún tipo de impulso espontáneo, sino que es algo meditado como respuesta a una situación que se viene desarrollando desde hace muchísimo tiempo y que tiene muy irritado al propio entrenador azulgrana

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