¿Quo vadis, Madrid?

¿Quo vadis, Madrid?
Enric Bañeres Periodista

Estoy convencido de que si mi admirado José Mourinho pudiera sincerarse, no dudaría en confesar: “Pero Dios mío, ¿dónde me he metido?”. La verdad es que el Madrid empieza a ser el galimatías de las últimas temporadas. Sin presentaciones pomposas y suntuarias, el club de Florentino Pérez parece haber cambiado las formas pero sigue siendo el mismo en el fondo, con la variante más significativa de haber puesto al galáctico en el banquillo. Pero en la sala de máquinas del club siguen mandando los aprendices de brujo que llevan años cometiendo auténticas chapuzas en la confección de la plantilla. Porque, por bueno que sea un entrenador, si no le das lo que te pide, lo estás condenando al fracaso. Y yo vislumbro ese retrato en el Madrid, y lo digo ahora, con el diagnóstico que saco de los amistosos ante el Bayern Munich (donde Iker Casillas evitó una goleada) y el sonrojante empate en Lieja, uno de esos bolos que se programan para ganar por 0-5 y que el Madrid no perdió de milagro. Pero, claro, si tú pides el fichaje de Maicon y no te lo traen, y si te quejas de que con Higuaín y Benzema no cubres el cupo de delanteros y Jorge Valdano es como si oyera llover, es que te están ninguneando, por muy entrenador estrella que seas. Pero hay más: echan a Cannavaro por viejo hace un año y traen a Carvalho que casi es de su quinta; fichan al joven Canales, que apunta maneras para sustituir a Guti en el imaginario sentimental merengue, y a la primera de cambio le traen a Ozil, bueno pero verde, para que lo mande al banquillo; no escarmentaron con echar a Sneijder y Robben, que triunfan fuera, y repetirán la jugada con Van der Vaart, amén de que hasta Van Nistelrooy y Huntelaar podrían ser el tercer punta que reclama 'Mou'; yo, personalmente, no cambio a ningún Diarra por Khedira y, si no, al tiempo; y a Di María no le veo más calidad que a Faubert, aquel extremo que hizo fichar Juande Ramos en un mercado de invierno y que dejó grandes imágenes en el YouTube durmiéndose en elbanquillo.

Es difícil hacer un análisis tan exhaustivo como el que acabo de redactar cuando comentaristas de postín como Kiko y mi colega Enrique Ortego se veían impotentes para interpretar la táctica y situar a cada jugador en el bolo de Lieja. Supongo que confían en que San Iker Casillas les pillará confesados

Glorioso cumpleaños de Xavi Hernández

Las doce temporadas de Xavi en el primer equipo son el periodo más glorioso del Barça: por su lado han pasado primerísimas figuras y él es el único que permanece sin acusar el paso del tiempo sino todo lo contrario, al unir a sus cualidades excepcionales como organizador el magisterio de su experiencia y una autoridad y calidad reconocidas mundialmente. Un reconocimiento que le ha llegado en los últimos tres años en los que por fin se le ha hecho la justicia que merecía. ¡Felicidades y que cumplas muchas más!

Grandes Supercopas en Inglaterra y Alemania

Me han gustado horrores las Supercopas de Inglaterra (Chelsea-Manchester, 1-3) y de Alemania (Bayern-Schalke, 2-0), a partido único. Chelsea y Bayern habían hecho el doblete y a diferencia de lo que ocurre en España no repitieron ante el finalista de la Copa (Portsmouth y Werder Bremen), sino ante el segundo de la Liga. Por ese método, la Supercopa del año pasado el Barça no la habría jugado con el Athletic sino con el Real Madrid, y a partido único. Prefiero mil veces eso que convertir la Supercopa en una repetición de la final de la Copa del Rey, a doble partido, cuando el ganador ha hecho el doblete.

El Barça ya crea alta escuela

Primero fueron los principales medios de comunicación de todo el mundo que fijaron su admiración en el modelo Barça surgido de La Masia. Pero ahora son los grandes clubs los partidarios de emprender una acción decidida por ese modelo. Ferguson acaba de decir que ése será el futuro del Manchester, por la lealtad y compromiso que crea en los jugadores, y el Bayern también lo ha implantado con nuestro viejo conocido y mi muy admirado Louis van Gaal, gran descubridor y potenciador de talentos.

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