Pep, 'Barto', los coreanos y lo imposible

El contrato firmado por Joan Oliver comprometía al Barça a que Messi jugara

Como ya se ha explicado, las horas previas al primer partido de la pasada gira, en Seúl, resultaron de una tensión extrema. El contrato firmado por Joan Oliver, el anterior director general, comprometía al Barça a que Leo Messi jugara al menos 30 minutos y garantizaba la presencia de los internacionales, de todos, pero especialmente de Xavi Hernández. La TV anunció que suspendía la retransmisión tras el anuncio de Guardiola de que Leo no estaba para jugar y los patrocinadores, visto el alud de devolución de entradas, amenazaron con retirarse y suspender el partido así como los pagos pendientes al FC Barcelona. La nueva directiva, encabezada en la gira por Josep Maria Bartomeu, reaccionó intentando convencer a los organizadores de que médica y físicamente era imposible atender sus peticiones. Precisamente para reforzar su posición, los negociadores azulgrana le pidieron a Zubizarreta la incorporación de Guardiola a la reunión. Pep se temió, como el resto del cuerpo técnico, que aquello fuera una encerrona para presionarle y autorizar la participación de Messi. Su relativa sorpresa fue, tras ser informado de la situación, el pleno apoyo y defensa, por parte del vicepresidente Bartomeu, a su postura respecto al peligro que representaba alinear a Leo con sólo dos entrenamientos encima. La directiva estaba dispuesta, y así se lo transmitió sin dudas, a cancelar el amistoso y marcharse de Seúl sin jugar y sin cobrar si Guardiola entendía que se debía proteger la integridad física del mejor futbolista del mundo. Ante la situación, obviamente tensa, Pep quiso ponerse en la piel de la directiva y evaluó el perjuicio que inevitablemente podía sufrir la imagen del club. Por eso realizó el esfuerzo encomiable de buscar una solución que, al menos, desbloquease la suspensión del encuentro, decidiendo que Leo jugase diez minutos. Guardiola asumió en beneficio de todos que alinearlo suponía hacer lo contrario de lo que había dicho, pero entendiendo que eso era lo mejor paratodos, lo mejor para el club, en ese momento. Por otro lado, también había trascendido el interés personal de Messi en participar en la gira –por eso avanzó su llegada- para así promocionar su imagen en Asia, asociada a poderosos patrocinadores personales, lo que finalmente facilitó que todos colaboraran en resolver el conflicto. Esa buena voluntad y entendimiento serán clave para que la próxima pretemporada y gira sean mucho más tranquilas

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