Inmersos en la búsqueda de un mediocentro y, sobre todo, en la manera de conseguir que la resistencia del Arsenal ceda para traer a Cesc, el Barça ha descuidado un poco la operación salida, integrada hasta que se diga lo contrario por Alexander Hleb, a quien Pep Guardiola no se llevó al amistoso de Noruega aunque sí a la gira asiática; Víctor Sánchez, el canterano que jugó cedido en el Xérez la temporada pasada; y Martín Cáceres, que debe volver el 9 de agosto como los internacionales españoles después de llegar a semifinales del Mundial con Uruguay.
El caso de Martín Cáceres es probablemente el que genera más dudas, por cuanto el futbolista ha cuajado una campaña más que correcta en la Juventus, sigue teniendo margen de mejora a sus 23 años y ofrece la polivalencia que ahora mismo demanda el primer equipo de Guardiola, ya que puede ocupar tanto los dos laterales como la demarcación de central, con la que se dio a conocer y fue toda una revelación estando en las filas del Recreativo de Huelva.
En el contrato de cesión que firmaron Barça y Juventus se incluyó una cláusula que fijaba un precio de 11 millones de euros por quedarse al uruguayo en propiedad, cláusula que no ha hecho efectiva el club italiano ni ha ofrecido ninguno de los otros clubs del 'calcio' que se han interesado por el futbolista.
Demasiado ímpetu
Martín Cáceres fue fichado en el primer año de Guardiola como técnico, gozó de pocas oportunidades y fue finalmente relegado a un papel secundario en parte porque su arrojo en el campo se tradujo en ocasiones en cierta ansiedad a la hora de subir el balón o en demasiado ímpetu en los balones divididos, pero con el tiempo ha ido puliendo esos defectos y parece preparado para asumir el reto azulgrana. Su papel en el Mundial con la semifinalista Uruguay así lo atestigua