El misterio continúa en Corea del Norte

La selección, represaliada por su pobre Mundial

El técnico, condenado a trabajar en una cantera y los jugadores, humillados públicamente

Envuelta en una densa humareda y alejada de todo, Corea del Norte fue durante el Mundial el más profundo de los enigmas. Un mes después de su eliminación, la humareda y el enigma continúan acerca de la suerte de los integrantes de la selección. Radio Free Asia, medio especializado en contar al mundo lo que regímenes dictatoriales como el de Corea del Norte o Myanmar buscan ocultar, lanzó la alerta esta semana. Según la emisora con sede en EE.UU, el 2 de julio los jugadores y el técnico Kim Jong-hun fueron sometidos a un castigo y humillación públicos. Instalados en un palco del Palacio de la Cultura del Pueblo, en Pyongyang, durante seis horas fueron insultados por unas 400 personas que desfilaron ante ellos.

Sólo se salvaron Jong Tae-se y An Yong-hak, nacidos en Japón. Ninguno de los dos estaba. Jong, conocido por su estilo de vida occidental y bautizado como Rooney asiático, prepara su temporada como nuevo jugador del Bochum.

Entre los jugadores menos afortunados está Jin Yun Nam, que a los 33 años debería ser considerado un héroe. Él fue quien el 15 de junio, en Johannesburgo, amagó, encaró a Julio César y, como si no fuera un defensa del 25 de abril, ignoto club de la Liga norcoreana, marcó con un disparo cruzado. Aquel gol, en el 89', fue la guinda a una honrosa derrota (2-1) ante Brasil en el debut en el Mundial y cambió la percepción interna y externa acerca de los norcoreanos.

El 7-0 lo cambió todo

Tras guardarse por temor a una debacle las imágenes del partido, el régimen de Kim Jong Il decidió que el siguiente, ante Portugal, se transmitiría en vivo. Una vez consumado el 7-0 que les propinó Portugal, el ambiente cambió: la TV oficial cerró la emisión sin una sola palabra y el panorama se tornó negro para una selección que, tras el 3-0 de Costa de Marfil, se fue del Mundial última, con 12 goles en contra y uno a favor.

Que la noche se les viniera encima a los norcoreanos tras caerante Portugal fue un guiño de la historia. En Inglaterra-66 sorprendieron con el gol de Pak Doo Ik, que dio un triunfo ante la 'azzurra' (1-0). Pak fue apodado 'el dentista' por el dolor que generó a los italianos. Ya en cuartos, con un 3-0 a favor en el minuto 24, Eusebio, marcó cuatro goles, Jose Augusto otro y Portugal remontó (5-3).

Cárcel y 'vaca loca'

Aquel tropiezo no lo perdonó el líder Kim Il Sung, padre de Kim Jong Il. De eso puede dar fe Pak Seung-Zin, autor del 1-1 ante Chile en 1966, primer gol asiático en un Mundial. Pak pasó años en Yoduk, un campo de concentración en Corea del Norte. Se dice que fue el castigo por desperdiciar el 3-0 ante Portugal. Quienes estuvieron en la prisión dicen que para sobrevivir había que comer “cualquier cosa que se arrastre o vuele”.

El fútbol es, sin duda, un asunto de Estado para Pyongyang. “A mediados de los 90, Corea del Norte importó carne de 'vaca loca' para alimentar a su gente y la prioridad se les daba a los futbolistas”, relató Moon Gyung-Min, hijo de Moon Ki-Nam, ex seleccionador que desertó con su familia al sur en 2004. Es difícil saber si algo de esa 'vaca loca' llegó a los actuales internacionales, muy jóvenes por entonces, pero la pesadilla se perfila hoy por otras vías para ellos.

Park Myung Chul, ministro de Deportes, asistió a la 'catarsis' pública a que fue convocada la selección. A los jugadores, según Radio Free Asia, se les indujo a culpar al técnico. Kim Jung Hun, que en Sudáfrica vivió cada segundo de su contacto con la prensa controlado por un ominoso acompañante que no era, claro, su asistente técnico, ha sido expulsado del Partido de los Trabajadores y obligado a trabajar en una cantera de Pyongyang. ¿La acusación? Traicionar a Kim Jong Il

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