Nuria Fernández se doctora

Oro inesperado en un 1.500 que calcó el éxito de los hombres, con Natalia Rodríguez, favorita sentimental del Olímpic, agarrada al bronce

Todo el mundo suspirando en el Estadi Olímpic por un triunfo de Natalia Rodríguez, una revancha de justicia poética pendiente desde su descalificación en el Mundial que había ganado hace un año, y va Nuria Fernández y se hace grande, enorme, a los 33 años, “después de dar por saco durante 15 años”, como exclamó anoche con su desbordante simpatía. La atleta madrileña se proclamó de forma inesperada campeona de Europa de 1.500 metros con la mejor marca de su vida (4'00”20) y Natalia Rodríguez tuvo también, gracias a su medalla de bronce, la octava y última para España en Barcelona 2010, la vuelta de honor que le debía el atletismo.

Oro y bronce. Igual que en la final masculina, y con un campeón madrileño y hasta cierto punto inesperado, también como en la carrera masculina. El 1.500 femenino vio el éxito de dos mamás. De la campeona Nuria, madre de un 'terremoto' llamado Candela, y de la tímida Natalia, mamá de la rubísima Guadalupe, apenas tres años, que sostenía, en brazos de su abuela, una pancarta de apoyo: 'Mami campeona'.

La rusa Anna Alminova, mejor marquista del año gracias al rapidísimo meeting de Saint Dennis, puso la quinta marcha casi de salida. Se corrió mucho, y a Nuria y Natalia no les molestó: la final se limpiaba de codazos, y las dos estaban preparadas para correr a cuatro minutos, la barrera que separa a las muy buenas de las buenas.

Alminova y la francesa Dehiba, al final subcampeona, lideraron casi siempre la locomotora, y las dos españolas se alojaron en plazas irreprochables. Nuria, sexta, por la cuerda, y Natalia, justo detrás, por el exterior. Ahí siguieron hasta que Natalia, en la contrarrecta, apretó y se puso delante, afrontando la curva en paralelo a Alminova y Dehiba. A la salida de la curva, por la calle 3, todo el mundo esperaba, esta vez sí, el sprint de la atleta de Torreforta, un oro que archivase del todo aquella caída de Gelete Burka en Berlín, todo aquel suplicio.

Peroapareció Nuria, desde dentro, más entera que nadie, para marcharse en la recta final. Desapareció Alminova, Dehiba bastante hizo con contener a Natalia Rodríguez, y Nuria Fernández, con el mismo sprint arrollador de Casado en la final masculina, ganó sin oposición y puso al Olímpic patas arriba.

Quince años luchando

“Llevo luchando 15 años por esto. Lo que me ha tenido que aguntar alguna gente...”. Nuria, entrenada por Manuel Pascua, había visto cambiar, en cuestión de segundos, el objetivo por el que luchaba a priori. Llego a la curva y pienso: 'Venga, a por el bronce. Luego, la plata, y de pronto... ¡coño! si voy primera. Ha sido maravilloso, y es un honor subir al podio con Natalia. ¿A que si, hija?”.

Y Natalia responde que sí, pero le falta algo. “Tengo una sensación agridulce. Yo iba a por el oro. Al menos tengo una medalla”

Del 'yo no valgo para esto' al éxtasis

Como en el caso de Natalia, la maternidad cambió la mentalidad competitiva de Nuria Fernández, que a los 33 años ha visto desapaecere muchas de las dudas que la atenazaban. En 2005, tras el Mundial de Helsinki, decía a sus allegados: “Yo no valgo para esto”. Manuel Pascua, su actual entrenador, “cambió mi mentalidad, y el equilibrio familiar también ayuda”, explicó la campeona.

Natalia Rodríguez, por su parte, dedicó su podio de ayer a las dos víctimas catalanas del desastre ocurrido en un festival alemán la pasada semana

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...