España se echa a la calle

La euforia estalló en todas las ciudades y hubo fiesta grande hasta la madrugada

Con el pitido final del colegiado inglés Howard Webb, la roja se proclamaba campeona del Mundo, la euforia estallaba por doquier y España entera se echaba a la calle. En Fuentealbilla, pueblo natal de Iniesta, el héroe del partido, la locura fue total.

Más de mil personas, prácticamente la mitad de los habitantes de este pueblo, se reunieron en el frontón de la localidad albaceteña para seguir el partido, en cuyo transcurso no han dejado de corear el nombre del centrocampista del Barcelona.

Como en Fuentealbilla, también Tuilla, lugar de nacimiento del ariete Villa, se paralizó durante el partido y sus habitantes salieron a la calle al acabar el histórico partido de la roja. Barcelona, Madrid, Zaragoza, Valencia, Toledo, Pamplona, Mallorca... no hubo ciudad donde no se dejará sentir el estallido de euforia.

En los 120 minutos que duró el épico encuentro, apenas se dejó ver un alma en las calles de las principales ciudades del país. Miles de barceloneses invadieron las calles de la ciudad tras confirmarse el triunfo. Unas 75.000 personas, según el Ayuntamiento de Barcelona, siguieron la final a través de una pantalla gigante instalada en la avenida Maria Cristina de Barcelona. Tras el pitido final del árbitro, la zona se ha teñido de rojo por los fuegos artificiales. Por último, el tráfico en el centro de Madrid se desplomó ayer en un 81,30 por ciento entre las 21 y las 22 horas, con la roja jugándosela

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