Vuelve el entorno

Dos días. Apenas una jornada después de tomar posesión ya ha vuelto el entorno. Cruyff ha devuelto la insignia de presidente de honor. Dice que cree que molesta. Antes de las elecciones dijo que no le gustaba ningún candidato. El día de la votación no acudió a ejercer su derecho como socio, aunque sí lo hizo con profusión de cámaras en la moción de censura. Y después dijo que no pudo localizar a Rosell para felicitarlo por el nuevo cargo. En el acto protocolario del adiós de Laporta y la toma de posesión de Rosell se cruzaron un segundo, se dieron la mano y Sandro le dio las gracias por haber ido. Aún no se conoce una felicitación personal por parte del presidente de honor al presidente real. Bastarían unas líneas. Pero no hay constancia, ni de llamadas, ni de cartas, ni de mails. Lo que sí consta es que Cruyff devuelve la insignia, porque no va a someterse a ninguna decisión de la Asamblea. Porque Johan no entra en plebiscitos. Es muy bueno para el Barça que sea miembro de honor y poder contar con él como figura reconocida en el mundo del fútbol. Eso se lo concede todo el mundo. Lo merece. Pero el presidente de honor ha de ser incuestionable. Y, aunque sepa mal, Cruyff no lo es. Dos días. Ha vuelto el entorno. ¡Qué rápido!