Los mayores errores arbitrales de la historia de los Mundiales

Los errores de los árbitros en los partidos del domingo no fueron los mayores en la historia de los Mundiales de fútbol

Los errores de los árbitros en los partidos del domingo no fueron los mayores en la historia de los Mundiales de fútbol:

1934: En el segundo Mundial fue evidente la preferencia dada al anfitrión, Italia. En cuartos de final contra España (1-1), el árbitro belga Louis Baert no concedió un claro gol a los españoles. y los italianos pudieron cometer faltas a discreción. En el necesario partido de desempate, siete españoles estaban lesionados. El gol de la victoria de los italianos por 1-0 fue irregular y los dos goles claros de los españoles no fueron reconocidos por el arbitro Rene Mercet, suspendido después para partidos internacionales.

1966: El gol de Wembley. En la final del Mundial, tras un disparo de Geoff Hurst, la pelota golpea en la parte inferior del larguero y bota. En aquel entonces no se pudo constatar si el balon había rebotado detrás de la linea de gol. Significó el 3-2 para Inglaterra ante Alemania. El árbitro suizo Gottfried Dienst concedió el gol tras consultar con el juez de línea soviético Tofik Bachramov. Al final, Inglaterra se proclamó campeona mundial por 4-2. Durante décadas se discutió sobre la cuestión. Después, análisis científicos permitieron suponer que no fue gol.

1982: El fútbol alemán muestra una fea imagen. En la semifinal del Mundial contra Francia, el arquero Toni Schumacher cometió una brutal entrada fuera del área sobre el francés Patrick Battistom, que sufrió lesiones en la columna vertebral, conmoción cerebral y la pérdida de dos dientes. El árbitro Charles Corver no sancionó la falta. Schumacher no se mostró en pricipio muy juicioso. "Le pago los dos dientes", comentó insensible. Luego ambos jugadores se reconciliaron.

1986: La "mano de Dios" entra en la historia del fútbol. En cuartos de final del Mundial, Diego Armando Maradona salta más que el arquero inglés Peter Shilton y cabecea el balón a la red. Todo claro al parecer. Pero la imagen en cámara lenta revela lo que no vio el árbitro tunecino Ali Ben-Naceur. Maradona metió el gol con el puño y no con la cabeza. Argentina se proclamó luego campeona del mundo.

1990: Un duelo rebosante de emociones. Alemania contra Holanda en octavos de final en Milán. Uno pierde los nervios (el holandés Frank Rijkaard) y uno, la visión general (el árbitro argentino Juan Carlos Lousteau). Tras el escupitajo de Rijkaard a Rudi Völler expulsa a ambos. Voller, completamente inocente, no puede comprender la injusticia. Sus compañeros luchan por él y triunfan por 2-1. Völler y Rijkaard se reconcilian más tarde y hace juntos publicidad de una mantequilla.

2006: En la final del Mundial, el francés Zinedine Zidane pierde el control tras una provocación verbal del italiano Marco Materazzi y le sacude un cabezazo. La tarjeta roja para Zidane que mostró el árbitro Horacio Elizondo está de acuerdo a la reglas. Pero, ¿cómo se enteró el árbitro de esa agresión? Hasta hoy en día persisten los rumores de que el cuarto árbitro no se percató de la falta hasta ver las imágenes de la televisón al borde del terreno de juego.

2010: Compensación por Wembley 66. En octavos de final, Frank Lampard logró el empate a dos para Inglaterra. El entrenador Fabio Capello festejaba ya, pero el árbitro uruguayo Jorge Larrionda no concedió el gol pese a que el balón rebotó claramente detrás de la línea. Alemania ganó por 4-1.

2010: Apenas cinco horas después del traspiés de Bloemfontein, sucede el siguente grave error arbitral. Al italiano Roberto Rosetti y a asistente se les pasa por alto un claro fuera de juego del argentino Carlos Tevez al anotar el 1-0. Las furiosas protestas de los mexicanos son baldías. Rosetti mantiene su decisión. Argentina gana por 3-1 y se enfrentará a Alemania en cuartos de final

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