Delgado: "Estaba predestinado a venir aquí"

Después de 35 años en la casa confiesa que su nuevo cargo resultó "una sorpresa total"

Manolo Delgado aterrizó en el Athletic en la temporada 1975-76 para hacerse cargo de la preparación física de los leones. Asegura que era el destino marcado por su estrella. Un pionero, como él bien recuerda, en su campo profesional. El de Alcázar de San Juan se ha convertido desde entonces en una especie de hilo conductor de la historia del equipo. Es un libro abierto, sin límite en la memoria de su disco duro. Habla de sus etapas de trabajo en el club rojiblanco con una enorme pasión y con su conocido sentido del humor. Ahora le ha tocado asumir las labores de despacho, codo a codo con Jabo Irureta. Pero mantiene la misma ilusión del primer día.

“Fue una sorpresa total” el ofecimiento de nuevo cargo después de 35 años en la casa. Así lo reconoce el director de entrenamiento de Lezama. Estaba con la selección sub-21 en Suecia y empezó a oir que había “movimientos en Lezama”. Pero su idea era regresar y hacerse cargo de los jugadores del primer equipo que no iban a Isla Canela. Lo tomó “con mucha motivación y con un futuro halagador”.

Con tanto tiempo a pie de obra podía pensarse que echaría de menos el campo, pero aclara que “es un trabajo que ya no podía hacer, tantos años en las trincheras me estaban pasando factura. Y después de seis meses ya con todo funcionando me operé de la cadera. Me pusieron una prótesis de última generación”.

Rebobinado de más de tres décadas. Un feliz flashback. El momento en el que comenzó todo. Su ingreso en la familia del Athletic, aunque en marzo del 63 “ya estaba ahí respirando San Mamés”. Era un pequeno adelanto. “Yo estaba predestinado a venir aquí. Creo mucho en este tipo de cosas. ¿Pero cómo un manchego que estaba en Tenerife acaba en Bilbao?”, reflexiona. Una confluencia de caminos. Todos le llevaban a la entidad rojiblanca. Sus amigos bilbaínos de Puertollano, su visita a Lezama en 1974 en la que el gerente del Athletic, Zarza, “se quedó con la copla”, “la investigación” del club en el INEF, “Piru Gainza también preguntaba quién era...”.

Pues Manolo Delgado pertenecía a la segunda promoción del INEF, del 72. Ya venía del mundo del fútbol, fue portero durante diez años. “Yo soy el pionero”, dice con orgullo, en referencia a que fue el primero en encontrar acomodo en un equipo de Primera. En Bilbao. Su primera estación fue Mallorca (72-73) y la segunda Tenerife (73-74). A la tercera fue la vencida, el Athletic. Aterrizó “con un contrato por un año, en precario, a la aventura, pero a ojos cerrados“. Y ya no se movió, aunque confiesa que “he tenido ofertas”, como la de José Luis Núñez para el Barça.

Y eso que cuando llegó, agosto del 75, se venía de una campaña anterior complicada, salvada en las últimas jornadas. Su primer técnico fue Rafa Iriondo. “En la 76-77 quedamos subcampeones de Copa, de la UEFA, y tercero en la Liga. Se creó ese ambiente, hicimos de Bilbao cabeza de serie en toda Europa... Aquí hemos hecho cosas sin hacer aspavientos”, rememora. “El año que nos salvamos con Clemente nos tenían que haber hecho un monumento en otro rango de ciudad”, añade en otro pasaje.

Ese carácter entronca con lo que entiende que debe ser el Athletic. Y se siente satisfecho de responder a ese perfil. “He sido campeón, pero te quedas con que tu equipo tiene un recurso humano competente, paciente, discreto, con crédito... Eso es lo que permanece en el tiempo. Y ahora tengo este nuevo cometido”, destaca. También se felicita por haber quedado al margen de las batallas electorales. “Hay una fidelización, una mutua correspondencia. Me firmaban un año más que el que tenía la junta saliente”, pone sobre la mesa.

Manolo Delgado rescata capítulos de su labor en Lezama de hace años que conectan con el actual. “Con Koldo Aguirre ya fundimos en los entrenamientos lo físico y lo táctico. Unir volumen de trabajo y balón”, apunta. También uno de los criterios básicos a la hora de la captación de jugadores parala 'factoría' rojiblanca: “El Athletic tiene que descubir y explorar los talentos cuanto antes”.

Y trabajan para optimizar los recursos que tienen en la parcela física. Mejorar la versión del jugador. “Desarrollamos la resistencia a una intensidad. La fuerza es vital, esa capacidad de aguantar las cargas... Y la velocidad. Esa fuerza por velocidad es igual a potencia”. Magisterio

Mejora de Susaeta y compensación de Iraola

En la actualidad, “es muy importante el trabajo individualizado”, recuerda Manolo Delgado, que tiene ahí un recuerdo para técnicos que lo llevan a cabo en Lezama con los jugadores rojiblancos como Bernardo Requena o Xabi Clemente. Y para leones que están sabiendo aprovechar estas facilidades. “Markel Susaeta ha madurado mucho en capacidades que se pueden desarrollar”. También apunta que Andoni Iraola hasta llegar a ese punto coincidente con la selección estaba creciendo constantemente. “Pero minutaje y golpes le han ido minando. Una situación que se compensa con sabiduría, con saber estar en cada situación, dosificarse...”, aclara

Longevidad, rapidez, destreza, llegada...

El fútbol se compone de muchos elementos. En ocasiones se pueden personificar. Lo va haciendo Manolo Delgado por líneas. “El Txopo marcó ese hito de jugar tantos años (18), con la selección, los viajes... Y con esa salud. Es magnífico, de una naturaleza especial”, resalta. Entre los centrales, apunta que “Goiko tenía esa rapidez, iba al choque, recuerdo goles en plancha...”. Opina que los hombres de banda “son los más sacrificados” y que “Argote tenía una gran destreza”. Cerca del área, observa “la capacidad de Irureta y Julen para construir y rematar, su llegada”. Arriba, delanteros “clásicos como Carlos o Dani, esa capacidad de desenvolverse en un espacio tan pequeño”

El penalti que Iribar le paró a Luis Fernández

En 'petit comité', Manolo Delgado comenta que el fútbol es un deporte de engaño. De hacer ver al enemigo lo que no es. Una finta constante. Ya tiempo después, en la conversación aparece una anécdota que lo refleja. Calentaba el Athletic en el interior de las instalaciones de Lezama antes de salir a entrenar. Reto entre Luis Fernández e Iribar. “A que te meto el penalti”, lanza el técnico. El mítico portero asume el reto y se coloca en la portería. 'El txopo', que iba tocado con una gorra cuando adiestraba a los metas rojiblancos, la dejó caer a un lado. Y ahí picó el tarifeño, que tiró al otro costado. Al que tapaba el mito, que detuvo el lanzamiento. Una nueva lección del eterno 1 rojiblanco

Ya filmaba el trabajo que hacía en 'Super 8'

En estos tiempos modernos, se están aplicando las nuevas tecnologías al deporte. Uno de los recursos que se está empleando es el de grabar las sesiones de entrenamiento o los partidos. Pero el veterano técnico recuerda que no es nuevo. “Yo ya filmaba lo que hacía, lo hacía en 'Super 8', cuando cada uno vestía de un color... Ahora es más fácil con el tema digital, cortas, pegas... Entonces tenías que llevar la película a revelar. También tengo una grabación de Josu Urrutia en el embrionario gimnasio de Lezama...”. Sin duda, piezas de museo. Y hablando de filmaciones, anda detrás de una. “Una de Pedro Olea en la que salgo con los cinco míticos”, señala con esperanza

Cuatro Mundiales y mantener sus raíces

Al margen de su carrera en el Athletic, también ha hecho su camino con la selección estatal. Con la Absoluta ha participado en cuatro Mundiales con Javi Clemente, Iñaki Sáez y Miguel Muñoz. “He participado en más de 150 partidos con la selección”, apunta. Y puestos a hacer números de inmediato los traslada al campo rojiblanco. “De ocho títulos del club yo tengo dos, un 25%. Y de 112 años de historia yo llevo aquí 35”, se enorgullece. Como también lo hace de su origen. “En mi pueblo -Alcázar de San Juan- le tienen un gran cariño al Athletic. Soy hijo predilecto, sigo pendiente de él, he sabido mantener mis raíces”, señala. Y compartió amistad con otro 'ilustre' de su pueblo como fue el seleccionador de baloncesto Antonio Díaz Miguel. “Estuvo aquí, en el Águilas”

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