Alfons Godall, manzana de la discordia

Los movimientos del ex directivo han condicionado toda la campaña electoral

La postura cambiante de Alfons Godall desde antes de que diera comienzo el proceso electoral propiamente dicho ha convertido al ex vicepresidente en uno de los focos de las críticas de sus últimos compañeros de junta, que lo consideran el principal culpable de la situación de desventaja respecto a Sandro Rosell en que se encuentran tanto la lista encabezada por Marc Ingla, en la que milita el propio Godall, como la que lidera Jaume Ferrer. Godall es, a pocos días de la celebración de las elecciones, uno de los que más se oponen a una fusión con una lista en la que militen Albert Perrín y los directivos más cercanos a él. Aboga por una sola candidatura continuista, pero pone sus condiciones y es muy intransigente. Godall quiere que Ferrer salte del barco en el que viajan los directivos que lo han respaldado. No es el único que piensa así, pero hasta hace unos meses era compañero de junta de estos directivos.

Godall empezó manifestando su rechazo al papel de 'número uno' de una candidatura, pero al mismo tiempo era contrario al liderazgo de Ferrer. La opción Sala i Martín, que Godall veía con buenos ojos, contó con el rechazo de Ferrer y los directivos que le daban apoyo (Perrín, Borràs, Colomer y Torrent) desde el momento en que el economista entró en la junta.

Tras unos cuantos meses de 'guerra fría' y poco después de que Ferrer anunciarse su intención de ser candidato, Godall, convencido por Joan Laporta, dio el paso de anunciar una candidatura con los directivos que no estaban con Ferrer, que eran mayoría. La opción '+ Barça' se puso en marcha con el apoyo del presidente. Con lo que no contaba Laporta era con el siguiente movimiento de Godall, que intentó un pacto con Soriano (antes de la renuncia de éste a ser 'número uno') dando el liderazgo al propio Soriano. Laporta se enfadó y dio su apoyo a Ferrer.

Godall cambió nuevamente de idea y se convirtió ués en uno de los pilares de la candidatura de Ingla. Desde su nueva posición, el vicepresidente que hace unos meses decía que se iría con Laporta quiere una fusión a la carta

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