El Sevilla es un club peculiar. Dispone de un aplaudido director deportivo capaz de ponerse a cantar chirigotas ante el respetable la noche antes de una final de Copa. Una entidad que dirige un abogado capaz de regalar sombreros a los cerca de 30.000 sevillistas que se desplazaron a Barcelona porque una fría noche copera decidió ponerse uno y fijarlo como amuleto. Pura superstición de la que han acabado por emanar innumerables titulares de cara al desenlace de un torneo que ya guarda su anécdota. Un accesorio ideal para describir lo vivido ayer en el Camp Nou. Impresionante la manera de encajar la derrota de los seguidores atléticos. Impresionante el comportamiento de dos aficiones sin feeling. Para quitarse el sombrero.
La hinchada atlética ha conseguido engrandecer su propia leyenda a la vez que la de su propio equipo. La UEFA decidió aplaudir en público la deportividad de la que hicieron gala los seguidores rojiblancos en Hamburgo. En Barcelona, en el mayor desplazamiento del club en su centenaria historia, otra exhibición.
Superioridad
La entidad del Manzanares anotó su primer gol antes de la propia final haciendo fuerza para que el Camp Nou fuese el inédito escenario del desenlace copero. Uno de los estadios con mayor capacidad de toda Europa permitió que el mismo Vicente Calderón se 'trasladase' a Barcelona. Así, tres cuartas partes del feudo eran ocupadas por gargantas atléticas que elevaron durante toda la jornada los decibelios de la ciudad condal. Los propios jugadores reflejaron en sus caras la espectacularidad de un ambiente más intenso que nunca. Diez minutos antes de que arrancase el partido, la totalidad de los cerca de 50.000 atléticos ya ocupaban su asiento. Junto a los seguidores sevillistas, lograron hacer vibrar -literalmente- las gradas del Camp Nou.
El Atlético fue recibido con un espectacular tifo que recogía el lema ' Ya estamos aquí'. Hacía 10 años que no se personaban en una final copera y 14 que no aspiraban a un Doblete en una temporada, fijada pese a la derrota, en la historia del club.
Minutos después del inicio, Capel anotaba un gol para los sevillistas que fue contestado por la hinchada con un ensordecedor 'Atleeeti'. Un cántico que se prolongó durante todo el partido y se intensificó en los momentos en los que más cojeaba el equipo de Quique. Incluso, tras el gol de Jesús Navas, los colchoneros respondieron animando a su equipo.
El culmen de la exhibición atlética llegó a la conclusión del partido. Tras encadenar su tercera final consecutiva perdiendo en Copa, lo que se escuchaba en el campo era el 'Atleeti', 'campeones, campeones', el himno, el 'Te quiero Atleti' o los cánticos dirigidos a jugadores como Forlán, Agüero o Reyes. Parecía que el propio Atlético había conquistado el deseado torneo. Una respuesta a la que Domínguez o Tiago, que no dejaban de llorar, respondían con aplausos. Un espectáculo que hasta el mismo Quique apreciaba incrédulo. Hasta la muerte, Atlético hasta la muerte, acabaron cantando cuando los jugadores recogían el premio de consolación. Por eso, el Atleti acabó dando la vuelta de honor. ¡Vaya afición!