Leo Messi cerró su temporada particular igualando las cifras de uno de los grandes goleadores de la historia barcelonista, el brasileño Ronaldo: 34 goles en la Liga y 47 en el total de las competiciones. A pesar de que se supone que no es goleador nato, Messi ha alcanzado el nivel de los grandes 'nueves' de la historia. 'Pichichi', Bota de Oro... Leo ya es el 'capocanoniere' europeo.

Messi cedió ayer buena parte del protagonismo a Pedro, decisivo para abrir el marcador en la primera parte y, en consecuencia, dejar vía libre en el camino hacia la rúbrica de la Liga. El argentino ocupó el centro del ataque, con libertad de movimientos y con Pedro a la derecha y Bojan a la izquierda, aunque la movilidad entre ellos fue total.

Estuvo a punto de abrir el marcador, pero su remate raso ante la salida del meta salió desviado. Tras el 1-0, un autogol forzado por la perseverancia de Pedro, Messi cerró una jugada personal por el centro dando al extremo tinerfeño la asistencia del 2-0, que Pedro ejecutó de forma magistral por debajo de las piernas del meta.

Ya en la segunda parte, Messi se destapó definitivamente para terminar a su máximo nivel, el mismo que ha exhibido durante toda la campaña. El 3-0 llegó tras un jugadón espectacular de Touré Yaya digno del mejor Schuster. Messi sólo la tuvo que empujar. Su momento llegó en el 4-0. Fue puro Messi: controló en la frontal, sentó a dos rivales con un regate seco y diabólico marca de la casa y cruzó el balón pillando al meta a contrapié

Dedicatoria muy especial

Leo Messi dedicó sus dos goles en el partido definitivo a su madre, señalándose la parte derecha de la espalda, donde se ha hecho imprimir un tatuaje especial dedicado a ella. También, tras su segundo gol, el que suponía el 4-0, se fue a celebrarlo con sus familiares en las localidades que ocupaban en las primeras filas de la Tribuna Primera Graderia