El Atlético, por la puerta grande

El Atlético se llevó de manera épica la Europa League en los últimos instantes de la prórroga

Forlán marcó los dos goles tras asistencias de Agüero: la pareja diabólica conduce al Atleti a la gloria

Espectacular, épico, atlético en estado puro. El Atlético de Madrid se llevó la Europa League tras derrotar al Fulham en el último minuto de la prórroga gracias a dos goles de Forlán, uno con la ayuda de un defensa, a pase de Agüero. La pareja diabólica llevó al Atleti a la gloria.

Los primeros compases se presentaron como una guerra de gargantas entre las dos aficiones, tratando de transmitir a los suyos ese plus para imponerse en el terreno de juego. Todo hay que decirlo, la rojiblanca le estaba ganando la partida de calle a la del Fulham. Y esa batalla moral se contagió en el equipo de Quique Sánchez Flores que comenzó a ganar el terreno al cuadro visitante, porque sí, el Fulham era visitante por designios de la UEFA y por el juego que se estaba viendo en el césped de Hamburgo Arena.

Las ocasiones, tras flirteo de unos y de otros, cayeron -lógicamente- de lado del que más lo intentaba y merecía. Diego Forlán dio el primer aviso tras una buena acción del Kun. El uruguayo la mandó al palo, el mismo que se llevó el cuadro de Hogdson cuando el 'Cacha' convirtió en gol otra asistencia, esta vez 'accidental' del Kun. El 1-0 llevó al delirio a los aficionados colchoneros y aplacó los ánimos de los ingleses. Las ocasiones tenían color rojiblanco, pero Simon Davies, tras una buena acción de Bobby Zamora, batió a De Gea tras pequeño despiste atrás. El cancerbero del Atleti sólo había intervenido antes a una volea de Duff.

Jarro de agua fría y decibelios para los hinchas del Fulham. Pero el Atleti, lejos de acusar el golpe, volvió a tomar con firmeza el timón del encuentro y acabó agobiando a Schwarzer en los compases finales de la primera mitad. Cuatro saques de esquina Casio consecutivos y dos disparos: uno de Simão y otro de Forlán, más peligroso del tozudo atacante charrúa. Un sprint final que sirvió para que el Atlético de Madrid se fuera con una cara más amable que la se quedó cuando encajó el empate.

Ninguno de los dos dueños del banquillo movió pieza tras el asueto. Sin embargo, el guión cambió de libreto y fue el Fulham el que comenzó buscando las cosquillas del Atleti, mandando balones a Zamora, que los bajaba y se entendida a ojos cerrado con Gera. Precisamente, el rápido atacante tuvo la primera ocasión de esta segunda parte, pero De Gea fue más rápido y se llevó el balón, amén de un toquecito en la cabeza. El Atleti lo intentaba, pero echaba de menos un timón más reconocible en el centro del campo, pongamos Tiago. Sólo alguna arrancada de Reyes y la persistencia del Kun, como en la primera parte, alimentaban las esperanzas colchoneras. Zamora, tocado, abandonó el terreno y Dempsey entró.

El reloj empezaba a ir hacia atrás y lo que se veía no tenía buena pinta. Los ingleses, sin elaborar en exceso el juego, pisaban el área de De Gea. Y fue el chaval el que salvó el 1-2 tras otro gran disparo de Davies. Los de Quique no estaban ni mucho menos a arrojar la cuchara y echaron coraje para volver a asustar al meta australiano, pero no encontraban la manera. Quique decidió entonces meter la chispa de Jurado, que tan buen resultado estaba dando en los últimos encuentros. Pero el gaditano no prendía y el míster buscó más nervio con Salvio, en lugar de un bullicioso, pero sin suerte, José Antonio Reyes. Y este movimiento sí sirvió para que el Atleti recuperara el tono y bajara las revoluciones del Fulham. Una mano involuntaria dentro del área inglesa calentó algo más el ambiente, pero nada. Arreones de uno y otro a la prórroga.

El cansancio del duelo y de dos equipos que comenzaron la campaña en verano se notó y el encuentro se rompió en añicos, choque de ida y vuelta. Una grandísima jugada de Forlán fue cantada como gol, pero el remate in-extremis de Agüero se fue fuera. Fin del primer suplemento. Más de lo mismo. Cansancio y nervios, empujones casi sin fuerzas. La gasolina se acababa cuando apareció el omnipresente Agüero: llegó a un balón imposible y metió el esférico en el área pequeña, el espectacular Forlán lo tocó, rozó y hacia adentro. Un gol que sabe a gloria. Un gol inolvidable

El dato

La UEFA es uno de los prestigiosos torneos futbolístico que más pesan en el planeta fútbol. El trofeo pesa un total de 15 kilogramos, 10 kilos más que la Copa del Mundo. La UEFA ya tiene su sitio asegurado en las vitrinas del museo

Jurado y Salvio dieron oxígeno y De Gea se hizo un hombre en Hamburgo

Digno rival, el Fulham igualó el primer tanto y forzó el tiempo añadido

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