Manuel Pellegrini sabe que está sentenciado. Ni ganar la Liga aseguraría al chileno la continuidad en el banquillo merengue. Sabe el técnico que Florentino Pérez le ha puesto la cruz y parece harto de desayunarse cada día con rumores sobre su posible sustituto, carrera en la que Jose Mourinho parece andar en cabeza.
Ayer, en vísperas de una jornada que marcará el destino de la Liga, Pellegrini sacó pecho. Dedicó buena parte de su rueda de prensa a repasar los méritos que ha contraído esta temporada. Esta campaña ha habido muchas cosas importantes. La recuperación de Sergio Ramos ha sido notable, porque venía de estar muy cuestionado. Y también Marcelo, del que tras el partido de Sevilla casi se dijo que no podía jugar de lateral en este equipo, ha hecho una gran temporada.
No se paró ahí el chileno: Ha sido importante hacer 96 goles en un equipo que, dicen, juega sin bandas, con un embudo. Pero el portero siempre es el mejor del rival: a lo mejor también hay un funcionamiento ofensivo que nos permite llegar continuamente al marco. Y un estilo perfecto para nuestros jugadores.
¿Una valoración? Yo espero ganar y ser campeón y después se hará la valoración. Pero hay muchas maneras de hacerla. El club decidirá si es el inicio de una etapa o el final. Yo tengo dos años de contrato y vengo a cumplirlos. Nunca he sentido desde el interior del club la menor intención de no continuar este proyecto.
Antes hay que afrontar el último reto en el Bernabéu: La grada siempre me ha apoyado y espero cerrar con un balance de 18 victorias y una sola derrota. Y además, a ver si podemos superar la barrera de los 100 goles, expresó un Pellegrini más reivindicativo que nunca