La fiebre rojiblanca no cesa. Si en la edición de ayer informamos en las páginas de MD del movimiento producido por la puesta a la venta de las entradas para la final del Hamburgo del próximo miércoles, hoy llega la segunda parte. 6.474 de las cerca de 12.300 localidades fueron despachadas en el primer día de mercadeo, lo que concedía para hoy un remanente de 2.552 localidades. Y ese paquete de entradas es perseguido por otro numeroso grupo de aficionados rojiblancos que siguen soñando con acompañar a su equipo en la cita continental de la próxima semana.
Los criterios de distribución serán los mismos: por cada carnet de abonado del Atlético se obtendrá una entrada, si bien, para respetar vínculos, un hincha podrá presentar dos abonos (ambos tendrán que ser totales y se presentarán en la jornada que toque al número inferior de abono) y retirar dos entradas. Hoy llega el turno de los abonados con Abono Total con número del 5.001 hasta el 15.000
La posibilidad de acceder a una final europea ha disparado la euforia en el entorno rojiblanco, como era de esperar. Ayer, a la par que el equipo colchonero jugaba su partido de Liga contra el Valladolid, el penúltimo de la campaña regular en el Calderón, una cola de apróximadamente 700 personas hacía tiempo para pasar la noche a la ribera del río y conseguir a primera hora de hoy a una entrada que le concediera la posibilidad de apoyar a su equipo en la final europea. Y la expectación está perfectamente justificada: el Atlético de Madrid no se ve en otra similar desde la final europea, en este caso la extinta Recopa, de la campaña 1985-86. En aquella ocasión, el sorprendente y espectacular Dinamo de Kiev (base de la selección rusa que cautivo al planeta fútbol con un juego directo y rápido) superó a un equipo colchonero plagado de canteranos. Y ahora, 24 años más tarde, los hombres de Quique Flores tienen la oportunidad de cambiar la historia y conseguir un título europeo del que no hay noticias a orillas del Manzanares desde la campaña 1961-62, cuando se apuntó la Recopa tras derrotar a la Fiorentina