A Masoud no le va el blanco

Un increíble error del iraní, con 2-2 en el marcador, mantiene la emoción en la Liga

Pocas veces, muy pocas veces, nunca más podrá contar el iraní Masoud Shojaei Soleimani a sus paisanos de Shiraz que tuvo en sus botas la posibilidad de noquear al Real Madrid la temporada 2010-2011. El error que cometió ante Casillas, con 2-2 en el marcador tras innecesario pase de Vádocz, mantiene viva la Liga.

Alguna vez se romperá el cántaro de tanto ir a la fuente, pero tanto el equipo madridista como su afición ya se han acostumbrado a dos cosas: a aburrirse y sufrir con su fútbol raquítico y a soplar en los segundos finales de los partidos. Otra vez y van... los blancos evidenciaron que cualquier símil con el líder de la Liga es injusto.

El primer gravísimo error de Albiol lo aprovechó un grandioso Aranda al que dejó arriba, como al Llanero Solitario, Camacho. El chaval se bastó y se sobró para llevar de cráneo a la defensa local hasta que conectó Ronaldo. El pasillo que le dejaron hasta entrar a placer cerca del área rojilla le valió para batir a Ricardo. Era su 21º tanto y otra oportunidad que se pudo ahorrar el protagonista tocándose el pendiente y haciendo gestos de lloriqueo que sólo él y Kaká (en teoría) entienden.

Claro que Camacho llegó al Bernabéu a por todas aunque todo el mundo clamara por su planteamiento ¿defensivo? Nada que ver. Rúper, Vádocz y Azpilicueta aguantaron la situación y sumaron la segunda diana tras un saque de banda que sorprendió incluso al húngaro con un soberbio trallazo ante Casillas. Era el 1-2 y el Bernabéu pensó que quedaba demasiado por delante aunque hubo gran susto al no acertar Masoud con sólo Iker enfrente.

Cuarenta y cinco minutos son muchos más en el estadio blanco a pesar de que la afición no conectó con los suyos hasta que Cristiano Ronaldo colocó el 3-2. El mérito es innegable como irreprochable por parte de Valdano y Florentino hacia Pellegrini que echó mano de la cantera (Juanfran) cuando peor pintaba el futuro. Su vitalidad le vino de maravilla a la banda blanca enun partido donde sobresalió “el único que tiene pelotas” (CR9), frase cuyo 'copyright' posee el mítico Hipólito Rincón. Cristiano Ronaldo marcó dos goles que mantienen la esperanza de un Madrid que aún puede ser campeón aunque, tras anunciar tantas veces que 'El Lobo se puede comer a Caperucita', la última palabra la tiene el Barça, por supuesto, y Gregorio Manzano. Aplauso a la insistencia madridista, especialmente, por tan gran premio para tan poca imaginación

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