Mourinho, mucho más que un traductor

Mourinho mostró en el Barça como técnico asistente algunas de las virtudes que le sirvieron para triunfar después

José Mourinho (Setúbal, 1963) llegó al Barça en 1996 con sólo 33 años y con más fama de ser un mal traductor de inglés de Bobby Robson que de ser un técnico contrastado y con suficiente empaque como para sentarse en el banquillo del Camp Nou. Su apariencia -joven, bien parecido, locuaz ante la prensa- jugaron en su contra y durante algunos meses hubo mucha gente en el entorno culé que sólo vio en él a un entrenadorcillo avispado que se arrimaba a un ya mayor Robson (63 años) para medrar a su sombra y a su costa. Sin embargo, dentro del vestuario, 'Mou' se empezó a ganar el respeto de muchos profesionales -no todos- desde el primer día. Con sus conocimientos y también con su actitud inteligente y valiente.

El banquillo, ¿a la izquierda?

Conocimientos que adquirió desde muy joven, cuando ayudaba a su padre, entrenador del Río Ave, a hacer informes de los rivales. Patearse campos de equipos pequeños analizando tácticas futbolísticas de supervivencia le ayudó a empaparse de la parte 'ratonil' del juego, esa que muchos desprecian pero que puede marcar la diferencia en una semifinal de la Champions. Un ejemplo: nada más aterrizar en el Camp Nou, Mourinho se escandalizó al ver que el banquillo del Barça era el que estaba situado en la parte izquierda de Tribuna. "¡No puede ser! El banquillo tiene que estar a la derecha, que es donde está el línier que marca nuestro ataque o el del rival. Hay que estar cerca de él para presionarle, para apretarle, para comerle la oreja... Y si nos pita dos fueras de juego seguidos, al tercero se lo pensará". Así era Mourinho y en eso no ha cambiado demasiado. El banquillo local sigue estando a la izquierda.

Tampoco rehuyó la polémica en su primer año. De él se dejaron caer comentarios maledicentes desde las cloacas del Camp Nou. Incluso se rumoreó que tenía con Robson algo más que una buena amistad y una estrecha relación profesional. La respuesta de 'Mou' a ese infundio fue tan huérfana de tacto como contundente: "Quien piense que soy homosexual que me traiga a su hermana", dijo en una entrevista con el periodista Luis Martín. Ya entonces tenía pocos pelos en la lengua. Tampoco evitó el conflicto con otros técnicos: con Luis Fernández casi llegó a las manos en un Athletic-Barça que perdió el equipo de Robson.

Gente que trabajó con él en el Camp Nou no olvida cómo era 'Mou' cuando llegó al Barça. Rexach lo define como "un tipo listo que ya intentaba meter conceptos técnicos de cosecha propia en las ruedas de prensa, sólo había que ver que sus traducciones de lo que decía Robson eran muy libres".

Guillermo Amor recuerda que "era un segundo que muchas veces hacía de primero, en parte porque tenía más facilidad con el idioma que Robson. Como buen portugués, era 'echao p'alante', le echaba cara a la vida. Analizaba bien a los rivales y tenía buena relación con los jugadores. Eso sí, fue inteligente: cuando se fue Robson y llegó Van Gaal cedió parte de su protagonismo. Le fue bien".

Óscar Garcia le recuerda como "un técnico muy inteligente a nivel táctico y de relaciones. Comulgaba con Robson pero llegó Van Gaal y a las tres semanas parecía que llevaba toda la vida en la escuela del Ajax". 'Pitu' Abelardo destaca que "se veía que sabía mucho de fútbol y además era buena persona. Se encargaba de analizar a los rivales y se le veía preparado. La mejor prueba de que aprendió de sus profesores es que lo ha ganado todo". Mientras, 'Chapi' Ferrer recuerda que "tuvo en el Barça una oportunidad de oro para aprender y curtirse, y la aprovechó. Le gustaba el fútbol, estaba encima de los jugadores y se explicaba bien. Se veía que valía"

La plantilla actual le respeta, y mucho

La actual plantilla del Barça respeta y mucho a Mourinho. Márquez le considera “un técnico inteligente que conoce el fútbol como pocos”. Para Alves, “lo que ves desde fuera es que es un gran entrenador, aunque no he tenido la oportunidad de trabajar con él. Pero si todos hablan bien de él será por algo”. Bojan cree que “es un gran técnico como demostró en Porto y Chelsea. Merece todo nuestro respeto”. Para Piqué “es un gran técnico, lo ha demostrado con creces”. Y Pedro opina que “ha ganado títulos allí donde ha estado, algo que es muy difícil”

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