Una pizarra en los genes

Marina, hija de Bozidar Maljkovic, entrena al Partizan femenino, líder de la liga serbia

¿Maljkovic al Partizan? Imposible... Bueno, no del todo. La noticia es cierta, pero hay que precisarla. Se trata de Marina Maljkovic, la hija de 28 años de Bozidar, que actualmente está sin trabajo como entrenador y ejerce como uno de los cuatro vicepresidentes del Estrella Roja. El padre en el Estrella Roja, la hija en el Partizan, pero la división familiar no queda ahí. El hijo Nebojsa es seguidor del Estrella Roja mientras la esposa y madre, Gordana, lleva en el corazón los colores blanco y negro del Partizan.

Marina era jugadora mientras su padre entrenaba a Limoges, Racing Paris y Panathinaikos. Jugaba de escolta, y era una tiradora capaz de meter 30 puntos en categoría junior. Por entonces nunca pensó en acabar como entrenadora. “Todos mis planes estaban relacionados con mi carrera de jugadora”, asegura. Pero el destino decidió su futuro. “En la temporada 1999/2000 mis padres y hermano vivían en Málaga donde Boza entrenaba al Unicaja, pero yo decidí volver a Belgrado. Tenía sólo 18 años, pero quería intentar hacer algo sola. Por pura casualidad me inscribí en el curso de entrenador y poco a poco empecé a mirar el baloncesto desde el otro lado”. Niega cualquier influencia de su padre en esta decisión. “Boza ni lo sabía”.

Muy pronto encontró su primer trabajo, en Usce, el club de Nuevo Belgrado en el que en su día, a mitad de los años setenta, empezó su padre tras una breve y no muy exitosa carrera como jugador. En seis años el club ascendió de categoría en categoría y se convirtió en un equipo fijo de Primera División. Su trabajo no pasó desapercibido y llegó una llamada del Hemofarm, el ambicioso club de Vrsac. En dos años Marina logró dos dobletes de Liga y Copa, y la temporada pasada metió al equipo en cuartos de final de la Copa FIBA.

En el verano de 2009 llegó la oferta de 'su Partizan' y ella aceptó volver a Belgrado. “Pocos entendían mi decisión porque el Hemofarm es el club más estable de Serbia, pero elPartizan era un reto nuevo”. El Partizan, con dos victorias en los duelos directos ante su máximo rival, el Hemofarm, y un balance de 20-0, tiene casi asegurada la primera plaza para los playoff, pero Marina no quiere correr. “Vamos paso a paso. Estoy muy contenta con los resultados, con las jugadoras que tengo y con la directiva, que me entiende y me apoya”, asegura la única mujer que entrena a un equipo femenino en toda la liga serbia.

¿Futura seleccionadora nacional?

Su nombre ya suena como futura seleccionadora del equipo nacional femenino, algo que de momento no entra en sus planes. Pero no descarta nada. “Un día, a lo mejor sí. Yo respeto mucho el dicho 'nunca digas nunca'”. En el Mundial junior de Túnez 2005 , en el que Serbia ganó la medalla de plata, fue la ayudante del seleccionador Zoran Kovacic

Si alguien piensa que su famoso padre es su consejero y su 'guru', se equivoca. Marina reconoce que en casa se habla mucho de baloncesto, pero nada más. “Boza ha visto, como mucho, diez entrenamientos míos. Si le pregunto algo me da su opinión pero las decisiones son mías. Él tampoco ve mis partidos. Cuando gané mi primer trofeo, la Copa con el Hemofarm, él estaba fuera del pabellón y el año pasado, durante el último partido del playoff ante Partizan, estaba en el parking y sólo entró en los últimos minutos cuando le avisaron que ganamos por 20 puntos”.

¿Se ve algún día como entrenadora de un equipo masculino? “Como he dicho, nunca hay que decir nunca”. Mientras estaba en el Usce, durante media temporada entrenó también al equipo junior masculino y el balance no estuvo nada mal (12-6).

Al inicio de su carrera era “la hija de Boza”. Ahora ya se habla de que “su padre es Boza”. Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Marina Maljkovic se ha ganado, por méritos propios, un sitio en el mundo de baloncesto

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