El Barça sufre una persecución mediática, pero también debe ajustar sus tornillos, porque la máquina sufre demasiado si hay alguno suelto. Las lesiones dejaron al equipo maltrecho y, ahora, la baja forma de algunos hombres, también. Hay tres nombres claros que deben mejorar su rendimiento: Touré, Henry e Ibrahimovic. Cada cuál tiene una historia detrás y sus matices.
Touré da la sensación de que ya no está tan a gusto como la temporada pasada. Fue un jugador sensacional para el año de las Seis Copas. Consiguió además suplir con maestría las importantes bajas del eje de la defensa, pero en esta temporada, con Copa de África, ha bajado algún peldaño respecto a su rendimiento habitual.
Tampoco Henry es el mismo que el del año pasado. El francés da la sensación de que ya lo ha conseguido todo y que no devuelve a Guardiola toda la confianza que le ha dado. Es un futbolista, sin embargo, con recorrido todavía y si se pone en forma y ayuda al Barça podrá acabar ayudando a su selección en el Mundial.
Otra cuestión distinta es Ibrahimovic, que ahora está en el ojo del huracán de las críticas y resulta injusto, aunque también esté lejos de su mejor rendimiento al inicio de la temporada. Pero Ibrahimovic consiguió integrarse rápido y marcar goles pronto, alejando la comparación inevitable, pero enojosa, con Eto'o, que no está triunfando en el Calcio.
Queda esa sensación de que el mejor equipo para Eto'o era el FC Barcelona y para Ibra el Inter, pero el delantero sueco todavía tiene mucho recorrido en este Barça y permite alternativas que se deben aprovechar. Zlatan acostumbra a jugar fuera del área y se aprovecha poco su juego áereo y, seguramente, su gran disparo.
No está en racha goleadora y para un 'nueve' eso es psicológicamente muy peligroso, ya que genera ansiedad. Pero no deben empezar a esparcirse las dudas sobre Ibrahimovic, entre otras cosas porque nadie puede dudar de un delantero centro que ha conseguido 25 goles en la Liga italiana. Debe mejorar su remate, pero es que el Barça remata menos que antes. Salvo Messi, un prodigio en inventar acciones de peligro, el juego colectivo del FC Barcelona genera ahora menos jugadas de gol que antes. Pero es superable. Hay que enchufarse y enchufarlas y eso no es difícil con estos jugadores y, sobre todo, con este entrenador. Hay que creer en este equipo