Rienda, pentaolímpica

La granadina Mª José Rienda afronta hoy (19 h.) sin presión sus quintos Juegos

Sin embargo, tras superar dos lesiones graves, correrá el gigante dispuesta a todo

Tomó, como quien dice, el relevo de Blanca Fernández-Ochoa –ahora comentarista de TVE–, quien había participado en Sarajevo'84, Calgary'88 y Albertville'92 con distinta suerte: diploma (5ª) en los JJ.OO. bosnios; diploma (6º) en los canadienses y un bronce en los franceses. La granadina Mª José Rienda cumplirá hoy en Vancouver sus quintos Juegos con resultados netamente inferiores a los de la esquiadora de Cercedilla.

Rienda debutó en Lillehammer'94 con una caída en el slalom especial y un 21º puesto en el gigante. Cuatro años después, en Nagano, fue 14ª en el especial y 12ª en el gigante y en Salt Lake City'02 cosechó hasta hoy su mejor resultado: 6ª (diploma) en el gigante, además de un 15º en el especial. En Turín'06 llegaba al gigante casi máxima favorita después de haber conseguido dos victorias los días previos en la Copa del Mundo. Pero la presión que ella misma se puso, y la de los medios de comunicación, le relegaron al 13º lugar en el gigante después de una malísima primera manga (37ª).

Ahora acude sin tantas opciones pero a tope de ilusión y ganas. “Competir en mis quintos Juegos me hace sentir muy orgullosa, por todo el trabajo que he hecho y no sólo por haber sido olímpica esas veces, sino porque he podido luchar por las medallas en unos Juegos. De Vancouver ya saldré contenta sólo por el hecho de haber podido estar aquí, después de todo el esfuerzo que supone superar dos lesiones muy importantes. Haga lo que haga, bienvenido sea. Quiero dar todo lo que llevo dentro”, declara la andaluza a la agencia Efe.

Rienda debutó en una cita olímpica de invierno con 18 añitos. Ahora tiene 34 y es la más veterana, aunque puede presumir orgullosa de haber coincidido en tiempo y lugar con auténticas figuras del esquí alpino: la italiana Compagnoni, la austríaca Meissnitzer y la alemana Seizinger, entre otras. Seis victorias en Copa del Mundo –en eso sí supera a Fernández-Ochoa– y seis presencias en otros campeonatos del mundo avalan a la de Sierra Nevada.

Sin embargo, desde la cita olímpica piamontesa hace cuatro años, lo que debería haber sido un camino de rosas se tornó en un trecho con muchas espinas. Sufrió una tríada en la rodilla derecha, primero, y una rotura del ligamento cruzado anterior de la izquierda, después. “Es obvio que aquí estoy con mucha menos presión que en Turín. Ahí estaba en medio de una temporada fantástica, había ganado las dos pruebas de la Copa del Mundo en Ofterschwang y tenía todas las opciones. Aquí vengo después de dos lesiones duras que me han frenado. La presión es la que yo me meta”, añade María José.

La granadina recalca que “quiero esquiar concentrada, con ganas y energía. Nada más. Estoy contenta, disfrutando y tranquila. No sé si según se acerque la hora de competir (19 h.) me pondré nerviosa, pero, ahora, mi idea es enfocar esta carrera como otra más, sin darle más importancia”, concluye

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