Los equipos de F1 están muy preocupados por los neumáticos de 2011. Bridgestone anunció a finales del pasado año que no renovaría el contrato y se está intentando negociar con la firma japonesa para que siga en unas condiciones que sean económicamente aceptables para ella. Los actuales 55 millones de euros que les cuesta la F1 son considerados como excesivos en estos momentos por la marca.
El problema es que no hay casi alternativas. Se habló del interés de los coreanos Kuhmo y Hankook, pero se precisa una gran inversión tecnológica y financiera aparte del problema de la premura de tiempo. Los primeros parece que han arrojado ya la toalla.
Se ha rumoreado un eventual retorno de Michelin, aunque por el momento la marca francesa guarda silencio