La llegada de Quique Sánchez Flores al Atlético ha tenido diversos efectos sobre la plantilla colchonera. Unos jugadores han recuperado la autoestima y se han ganado un puesto en los onces del cuadro colchonero, mientras que otros han pasado a un segundo plano, postergados a una aparente inevitable suplencia.
Y entre los primeros están los dos jugadores que ocupan las bandas del equipo madrileño. José Antonio Reyes, en el flanco zurdo, y Simão Sabrosa, en el derecho. Del sevillano pocas cosas más que decir: ha pasado del segundo plano en el que se encontraban con Aguirre y Abel para ser protagonista con Quique, como también lo fue cuando ambos coincidieron en el Benfica portugués. Y en el caso de Simão Sabrosa es necesario detenerse. El luso había comenzado la temporada con mal pie y en más de una ocasión declaró públicamente que quería cambiar esta negativa situación. Destacaba en los encuentros clasificatorios para Sudáfrica con la selección lusa, pero no terminaba de ofrecer su mejor imagen cuando se vestía con la rojiblanca.
La sonrisa de Simão
Sin embargo, los últimos encuentros han ofrecido la cara más sonriente de Simão. El luso fue vital en la remontada copera contra el Recreativo en los cuartos de final al anotar el gol que abrió el marcador y el que lo cerró cuando el tanto andaluz dejaba a los de Quique fuera de una competición en la que se jugarán el título contra el Sevilla. Un espectacular golpe franco que firmó una épica remontada que aceleró la llegada del cuadro de Quique Flores a la final de la competición del K.O. En semifinales, el luso fue el encargado de abrir otra vez en el choque de ida en el Calderón contra el Racing: mandó a la escuadra un centro de Agüero, maravillosa volea. Y el jueves, el luso no marcó pero hizo un encuentro completísimo: incordió en ataque, desbordó por banda, y ayudó en defensa cuando sus laterales subían la banda, en especial con el checo Ujfalusi, que con fe y casta buscó el área contraria dejando su parcela descuidada.
Y en Liga también dejó muestras de su calidad. Primero, en el empate a uno contra el Racing en El Sardinero. El luso lanzó un espectacular balón a Diego Forlán que, arrancando al límite del fuera de juego, convirtió en asistencia el pase de su compañero. Y segundo, en la victoria del pasado fin de semana a la ribera del Manzanares y ante la visita del líder de la tabla, el Barcelona. Con el 1-0 en el marcador, una falta en la frontal del área, escorada a la derecha de la meta de Víctor Valdés, se presentaba como una buena oportunidad para el internacional luso. Lanzó con la pierna derecha, el meta del Barça dio un pasito a su derecha y cuando rectificó no pudo evitar que el balón se colara por su izquierda. Golazo. Y antes, el otro ala del Atleti, el mentado Reyes, había firmado una jugada de lujo para asistir a Diego Forlán que el uruguayo no desaprovechó. Lo dicho, el Atleti está recuperando sus alas, aportando goles y asistencias a sus compañeros más adelantados. Sin duda, de sus prestaciones puede depender mucho donde se sitúe el cuadro del Manzanares al final de la campaña