Muere Orbegozo

REAL SOCIEDAD

A los 80 años de edad, nos dejó el presidente con mayúsculas de la Real Sociedad

La familia txuri urdin está de luto. Ayer falleció José Luis Orbegozo a los 80 años de edad. Nos dejó el presidente con mayúsculas de la Real Sociedad. El hombre que guió al club desde el ascenso de Puertollano hasta la consecución de los dos títulos ligueros. El sábado, después de ver la victoria de la Real en Balaídos, comenzó a sentirse mal y ayer por la mañana falleció tras sufrir un infarto cerebral. Su muerte ha sido repentina, pero pese a que ya no esté entre nosotros, el que fuera máximo mandatario de la Real entre 1967 y 1983 deja un legado que permanecerá inalterable en los tiempos.

Realista de nacimiento -su aitona le hizo socio de la Real en 1936, cuando sólo tenía seis años-, el más grande de los presidentes realistas se metió en el entorno txuri urdin en la Asamblea de 1963, en la que hubo un debate del que se desprendió que el futuro de la entidad debía estar en la cantera. Entró en el club en 1966, de la mano de su amigo Tomás Álvarez de Eulate. Primero ocupó el cargo de tesorero, pero sólo un año después, tras el ascenso de Puertollano, fue nombrado presidente de la Real Sociedad. Durante los 16 años que estuvo en el cargo, transformó completamente a la Real. La abrió a Gipuzkoa, redimensionando la entidad tanto en lo deportivo como en lo social. Junto a su amigo Javier Expósito, dotó al club de unos importantes cimientos de futuro dando un valor impresionante a la cantera. Y a través de los jóvenes valores y de esa apertura a toda la provincia, José Luis Orbegozo transformó un recién ascendido en un equipo campeón.

Por el camino fue quemando etapas. Primero consolidó al club en Primera División, luego lo clasificó para la UEFA y su mandato terminó con un récord de imbatibilidad, dos títulos de Liga consecutivos y la consecución de la primera Supercopa de la historia ante el Real Madrid. Él fue quien colocó a la Real con los más grandes, pero dejó el cargo con la enorme lástima que le produjo el hecho de dejar alclub sin un campo propio, sin un patrimonio que habría resultado clave en el futuro. De hecho, cuando dejó la entidad txuri urdin, ya advirtió que el club tenía “un rejón de muerte”.

Su día más grande como presidente fue, sin duda, el 26 de abril de 1981, cuando Zamora le dio el título a la Real con ese zapatazo. Él nunca se aburrió de contar cómo el periodista radiofónico José María García apareció en el palco de El Molinón antes de terminar el encuentro y le dijo: “Qué, presidente, otro año que fracasamos?”. El bueno de Orbegozo le contestó: “Espera, que aún no ha terminado”. Y el tiempo, una vez más, le dio la razón. La Real cantó el alirón en Gijón y Orbegozo vivió uno de los momentos más felices de su vida.

Un nuevo campo, su obsesión

La única espina que se le quedó clavada durante su mandato fue el no haber podido convertir Zubieta en el nuevo campo de fútbol de la Real. La oportunidad estuvo ahí de cara al Mundial de 1982, pero no cristalizó. Él no dudó a la hora de señalar al Ayuntamiento como principal responsable de que el club txuri urdin se quedara sin el nuevo campo: “El Ayuntamiento nos ha clavado un rejón de muerte con lo de Zubieta. Es terrible ver cómo derrumban nuestras ilusiones”, señaló. Pero Zubieta se convirtió finalmente en el vivero de la cantera txuri urdin. Su otra gran obsesión. Gracias a él, la Real tiene hoy en día la idiosincrasia que le convierte en uno de los equipos más canteranos del Estado. Gracias a él, la Real es lo que es hoy en día. Goian Bego

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