El título con el que soñaba Pep

FC BARCELONA

Después de 617 noches esperando el gran día, el defensa argentino reapareció en el Camp Nou. Fue el mejor regalo

“Cambiaría no ganar ningún título por ver a Milito jugando otra vez un partido de fútbol”, pensó en voz alta Guardiola al principio de esta temporada cuando, un año y medio después de su lesión en Old Trafford, apenas se atisbaba un leve rayo de esperanza de una recuperación total. Para ese sueño, no cabía una noche más hermosa ni tan mágica como la de ayer, cargada de simbolismo.

Lesionado el 29 de abril de 2008, su propio padre reconoció que en un momento de estos últimos meses “le vi rendido”. Pero nunca le faltó, desde el corazón de Pep, a veces incluso por encima del horizonte de la medicina, el impulso de la esperanza. “Cuando me topé cara a cara con Pep en Milán le dije “gracias por todo lo que has hecho por mi hermano”, explicó en el Camp Nou hace unas semanas Diego Milito, visiblemente emocionado. Con todo, el dolor persistía y el desánimo fue creciendo hasta que de pronto Gabi se vio corriendo y saltando como los demás. Tenía el cuerpo tan a punto que en apenas unos días Guardiola le vio apto. Un partido en el banquillo, contra el Villarreal, y titular ayer ante el Sevilla. Ritmo y ganas.

Se persignó cinco veces antes de empezar, más que inquietud o nerviosismo lo que sentía era ansiedad, prisa porque el partido arrancara de una vez. Manel Vich pronunció su nombre y al estruendo de aplausos le siguió un largo “¡Miliiiito!” al que respondió con un aplauso. La Milito-Cup había empezado por fin.

El resto, lo normal. Subió en los córners, mandó cómo lanzar una falta a Alves, al 'Mariscal' no le discute ni Messi, cometió la primera falta, táctica, en el minuto 15 para cortar un contragolpe. Algo tan sencillo como jugar a fútbol no se olvida. Lo que ha sufrido él y su familia, tampoco. Temple, decisión y serenidad. Cuando Koné le forzó una amarilla en una jugada en la banda, el argentino no se arrugó, le pudo en los dos balones siguientes disputados con todo el riesgo del mundo.

Tampoco le faltaron colocación ni confianza, demostrando que en este largo periodo de recuperación ha estado haciendo su trabajo, entre otras cosas aprenderse a Chygrynskiy por si le tocaba jugar de pareja con él en el centro de la defensa, acaso el día de su debut. El experimento, todo un experimento cabe decir, acabó funcionando dentro de los límites del partido, que fue muy disputado,, más incluso que jugado. Cuando se fue Gabi, 'Dima' lo echó de menos, seguro,

En la foto habitual con los niños antes del partido, el brillo en los ojos de Milito le delataba como el más ilusionado del grupo. Con motivo. Cuando a Pep le pareció que el desgaste había sido suficiente le cambió. Ovación. Emoción

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...