Manuel Pellegrini, con sus decisiones en las últimas semanas, en las que había apostado por un bloque fijo y en la que parecía haber dado con la tecla necesaria para que el equipo empezara a mostrar una imagen mucho más acorde a lo que se espera de él, parece haber retrocedido en la valoración que los altos estamentos del club tienen de él.
El motivo, el planteamiento 'cagón' con que, a juicio de la cúpula merengue, afrontó el choque del pasado domingo, en el Reyno de Navarra. Un triunfo ante Osasuna, después del empate que el Barça había cedido el sábado en el Camp Nou ante el Villarreal, le habría valido al conjunto blanco para alcanzar el liderato de la tabla. Sin embargo, los merengue no pudieron pasar del empate ante un conjunto rojillo correoso y muy combativo, pero que no precisó de grandes alardes para frenar a la galaxia blanca y dejarla a cero.
Respeto y decepción
Si bien es cierto que muchos vendieron la piel del oso antes de cazarlo, dando por hecho que el equipo madridista encabezaría la tabla el domingo por la noche, lo cierto es que se respetaba al cuadro navarro por su propia idiosincrasia y por el hecho de que en su banquillo se sienta José Antonio Camacho.
Pese a estas valoraciones, se daba por sentado que el Real Madrid regresaría de Pamplona con los tres puntos, que le valdrían para desbancar a los de Pep Guardiola al frente de la tabla. Pero no. El equipo no salió claramente al ataque, buscando el triunfo. Esperó a Osasuna y lanzó contragolpes que sí, que le podrían haber dado el triunfo. Pero el ataque blanco no tuvo la constancia, la profundidad ni el atrevimiento necesarios como para convencer a sus mandatarios de la bondad del planteamiento táctico realizado por Manuel Pellegrini.
Albiol habla claro
Y el malestar empezó a cundir en Florentino Pérez y sus más allegados. Sensación que se filtró incluso al interior del vestuario y que algún jugador dejó entrever en sus declaraciones post-partido. Es el caso de Raúl Albiol, por ejemplo. El defensa valenciano no tuvo reparos, en la zona mixta del Reyno de Navarra, a la hora de proclamar a los cuatro vientos que nos faltó ir más a por la victoria. Muchos de sus compañeros habrían suscrito sus palabras, aunque ninguno de ellos las repitió, al menos de puertas afuera.
Así, el discurso oficial, por boca de Jorge Valdano, insistió en que lo importante no es ostentar el liderato ahora, cuando el campeonato no ha llegado ni tan siquiera a su ecuador. Yo espero alcanzar el liderato mucho más tarde, cuando quede poquito, dijo Valdano. Pero habría pagado para, al término de la 16ª jornada, ver al Barça por el retrovisor
