"Es el mejor boya del mundo"

Los técnicos elogian sin reservas a Iván Pérez por su categoría deportiva y humana tras anunciar que deja la selección española a los 38 años

Iván Pérez deja la selección española a los 38 años al asumir que ya le cuesta “mucho seguir el ritmo tan alto de entrenamiento de los jóvenes”, sobre quienes pivota el proyecto cuyo cénit llegará en los Juegos Olímpicos de Londres-2012. El hispanocubano seguirá en activo al menos una temporada más con su actual club, el CN Terrassa, pero su adiós a la selección que le coronó bicampeón del mundo (1998 y 2001) invita a calibrar el alcance de su figura, alabada sin reservas por sus técnicos.

“Iván merece un capítulo aparte a nivel mundial”, sentencia el seleccionador español, Rafa Aguilar. “No hay boya en el mundo que tenga su rendimiento. Para mí es el mejor, el único que podría superarle es el serbio Slobodan Nikic, pero Iván influye más en el juego que él porque es el único que obliga a marcarle en zona con ayudas por lo determinante que es. Su sola presencia marcaba mucho el sistema defensivo del rival y así nosotros podíamos prever mejor nuestro esquema”, afirma Aguilar, que expone otros poderes de Pérez, un coloso de 1,96 m y 110 kgs.

“Es supergrande, muy fuerte y tácticamente ha aprendido mucho, es muy bueno. Su juego se basa en unas condiciones físicas de envergadura, peso y, sobre todo, explosividad. Con la bola en la mano es prácticamente imparable, y eso es lo que diferencia a los grandes boyas. Todos sabían que debían impedir que le llegase la bola porque, producto de esa fuerza descomunal y una mano tan grande, es muy difícil sacarle la bola. Con un tío encima es capaz de lanzar con una velocidad y explosividad increíbles”, exclama Rafa Aguilar, fascinado también por su efectividad.

“Su porcentaje de gol es elevadísimo. Juega menos minutos que otros jugadores, pero en su 'ratio' tiene una calidad impresionante. Otros necesitan mucho más tiempo para sacar el mismo rendimiento, ya sea con goles o provocando exclusiones. De cada dos lanzamientos mete un gol, cuando otros necesitan tres o cuatro. No ha habido un boya igual en el mundo”, insiste el seleccionador español.

“Ha sido el mejor boya que yo he conocido”, coincide Toni Esteller, entrenador de Iván una década entera en el CN Barcelona. “Quizás algún yugoslavo, pero no he visto ninguno como él. Es un talento excepcional del waterpolo, como lo fue Manel Estiarte en su posición. Si nos deprimíamos cuando sabíamos que Jordan iba a retirarse del basket, Iván es uno de esos deportistas que te sabe mal que se haga mayor, por simpatía, don de gentes, generosidad, calidad humana y deportiva, sencillez”, recita de carrerilla Toni Esteller, rendido ante 'El Negro', su mote amistoso en el waterpolo.

Grandeza en la piscina

Esteller incide en su perfil personal para explicar su grandeza en la piscina. “Es una persona que, sabiendo quién es en el waterpolo, siempre ha sido muy sencillo. Esa sencillez natural, no forzada, le ha ayudado a mantener su calidad deportiva. Quienes entran con prepotencia, sean buenos o malos, son incapaces a veces de ver muchas cosas. Siempre sabe cuál es su situación y la acepta. Tiene lesiones crónicas en la espalda, pero las supera con profesionalidad, incluso quedándose doblado. Esto es fundamental en un deportista. Después, por su envergadura y peso, también es muy acuático. Esto no es habitual tampoco, pero gracias a ello puede seguir durante tanto tiempo. Además, se ha cuidado mucho y lleva una vida muy ordenada que siempre le ha favorecido”, elogia Esteller.

Dani Nart, su actual entrenador en el CN Terrassa, suscribe ese análisis. “Iván es una referencia mundial, un prodigio físico y sólo se entiende el rendimiento a su edad porque piensa en el waterpolo, se cuida, analiza e intenta dar lo mejor de sí mismo en cada situación. Es un talento natural y lo sabe aplicar. Sabe dosificarse y pedir el cambio cuando lo ve necesario, y no se le caen los anillos. Se conoce mucho a sí mismo y actúa en consecuencia para rendir al máximo”, resalta su técnico.

“Su principal virtud es lo que implica tenerle cada día totalmente comprometido para que sus compañeros mejoren. Nos da una personalidad diferente. Estamos encantados y creo que tiene cuerda para rato, dos o tres años más, pero ésa es una decisión suya y de su familia”, concluye Nart

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...