La envidia de la galaxia blanca

Cristiano y Kaká se rinden al modelo del Barça con tres productos de su cantera sentando cátedra en el mundo

Kaká es la elegancia personificada. Con jersey cuello cisne y americana negra, fue el único que se presentó en el encuentro con los medios de comunicación previo a la gala con zapatos, Gucci inmaculados, en vez de las zapatillas deportivas de los sponsors particulares de cada finalista que emplearon los otros cuatro. Cristiano combinaba el blanco de su bufanda y el rojo de las zapatillas, Nike por supuesto; 'pullover' rojo y el ribete de su cazadora de piel, fashion, como siempre. Pero es otro Cristiano, menos chulo, más terrenal, rendido ante la evidencia, señalando a Messi como claro merecedor del trofeo, aunque él hubiese dado tres balones de Oro “uno a Messi, otro a Xavi y otro a Iniesta, porque son muy grandes y lo han ganado todo”.

Estos tres pequeños son la envidia de la galaxia blanca. Kaká destaca que “el modelo azulgrana es muy bueno. Los tres han crecido en el Barça y esto es un ejemplo. Nosotros en el Madrid tenemos a Raúl que también ha sido y es muy importante”. Le daban paso a Cristiano, esperando quizá una bravuconada, pero salía un Ronaldo mucho más discreto: “Los éxitos hablan por sí mismos. Han ganado todo. Leo es el mejor del momento, no hace falta esperar a la gala. El sistema es buenísimo y el Barça, un excelente equipo”.

Catarata de elogios

Xavi levantaba las cejas. Iniesta, entre Cristiano y Kaká, aparecía impresionado, él que nunca pierde los nervios. Cristiano sentenciaba: “Cada uno tiene lo que se merece y ellos se merecen todo". Iniesta parecía el más tímido. Era la primera vez que Andrés, Don Andrés, el crack que todo lo hace fácil, se subía a un estrado como éste, con los mejores del mundo. Miraba de reojo a Kaká, al que admira, y pensaba que tiene algo de él, buena gente, buenas maneras. El brasileño, con más tablas y dominio de la escena, destacaba a la selección española como “una de las favoritas”. Kaká abrazó a los pequeños, a los azulgrana, ese tipo de futbolista especial, que hacedel Barça y de la selección española un referente. Y sonrió cuando un periodista inglés preguntó a los más pequeños si ellos son la demostración de que en el fútbol manda más el talento que el físico. Sonreía aunque él es alto, tiene planta, pero admira el fútbol de estos pequeños. “Nosotros no somos grandotes pero tenemos la suerte que en nuestros equipos el talento se impone", dice Leo.

Xavi y Messi llevan una camiseta de su patrocinador, Adidas, Iniesta una sudadera gris de Nike. Los tres azulgrana parecen salidos del patio del colegio y vienen de ganar 6 títulos, vienen de proclamarse campeones del mundo. Sólo cuando le preguntan a Leo cuándo jugará con Argentina como lo hace en el Barça se pone colorado y sonríe con nerviosismo porque él proclama que “soy muy argentino, ¡qué se yo!”, suelta. Corren hacia el hotel para ponerse el traje. Iniesta aún impresionado, Messi sabiendo que ya ha ganado y que Cristiano reconoce la superioridad, Xavi encantado y feliz porque para él la vida es una felicidad eterna. Kaká y Cristiano, con Butragueño en la sala observando, rendidos al modelo azulgrana, el que ha permitido que tres jugadores de la casa despierten la admiración del mundo.

El retrovisor de Casillas

Iker coincidió con la expedición azulgrana en el hall del hotel Hyatt, donde se concentraron los futbolistas las horas que estuvieron en Zúrich. El portero del Madrid, íntimo amigo del 'Pelopo' Xavi, estuvo muy cariñoso con los 'culés', bromeando continuamente y consciente de que el regalo estrella estas Navidades es el retrovisor que ha puesto de moda

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