Desgaste

Desgaste
Luis Racionero Escritor

Se me ocurrió ir al campo una fría noche de diciembre y el RCD Espanyol me lo agradeció deparándome el partido más soporífero de la temporada. Y el más desagradable.

Con la excusa de que si le juegas a fútbol al Barça te mete cuatro, se dedicaron a no jugar, a empujar, atropellar, patear e insultar. Si los demás equipos optan por la misma opción, el Barça durará tres domingos antes de caer asesinado.

No es eso. Se juega y se gana o pierde, pero no se sale, deliberadamente, a impedir el juego. Y no se hace porque los que pagamos no vamos a ver cómo un energúmeno le pone la plancha a Piqué en el medio del campo. Vamos a ver fútbol, jugadas trenzadas de ambos equipos y goles, a ser posible.

Por cierto, hubiésemos tenido uno más si Pedrito, que está dejando de ser Pedro, no se hubiese comportado como un chupón y hubiese cedido a Ibra, solo, el balón que le regaló la defensa. Este Pedrito tiene clase, pero adolece de ser algo chupón. Si no corrige eso, no llegará a lo que su clase le invita a alcanzar.

Valdés sacó de puño un balón a la escuadra. Felicidades, que se repita. Ibra falló un remate de volea sin que nadie le acosara. ¿Por qué no lo bajó? ¿Y por qué no chuta más? Los demás cumplieron, afectados por un cansancio inevitable tras el Himalaya de este mes. Hasta Piqué estuvo espeso.

Me alegró ver a Iniesta llevarse la pelota al córner, como hacía Kubala, cuando faltaban tres minutos. Sólo los superclase se atreven con eso. Fue un recuerdo muy bonito.

Por cierto, a ver si este año el RCD Espanyol juega con esa agresividad contra el Real Madrid. Normalmente le suele jugar como un filial

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...