El espíritu del viejo Bayern

CHAMPIONS LEAGUE

El histórico 1-4 en Turín se gestó en el orgullo de los jugadores por llevar al equipo al lugar que le corresponde

La primavera ha llegado a Múnich en pleno invierno. El histórico triunfo del martes ante la Juventus (1-4), además de suponer el pase a los octavos de Champions, confirma que en el Bayern se respira aire fresco desde la llegada a la presidencia de Uli Hoeness. El hasta ahora mánager del club bávaro relevó a Franz Beckenbauer el 27 de noviembre y, con él en la poltrona, el equipo de Van Gaal ha ganado sus tres partidos: 0-3 al Hannover y 2-1 al M'Gladbach en la Bundesliga antes de la hazaña con mayúsculas de Turín.

La llegada de Hoeness ha transmitido nuevas sensaciones al vestuario del Bayern para superar la crisis en que estaba inmerso. El nuevo presidente, además de dar un voto de confianza al hasta ahora cuestionadísimo Van Gaal, instó a los jugadores a ponerse de una vez las pilas. Pero el martes no hizo falta transmitirles ningún mensaje. Todos tenían muy claro qué debían hacer en Turín: ganar.

Esa renovada confianza llevó al Bayern a afrontar su cara o cruz europeo sin tensión, más allá de la propia de un partido decisivo, ante el convencimiento de que no se le escaparía la victoria. La charla táctica previa fue atípica. Van Gaal reconoce que “por primera vez desde mi llegada al Bayern no tuve que decir nada. Todos sabían lo que había que hacer. En el descanso sólo les felicité y les animé a seguir igual”. Tras la cena, los jugadores estaban tan exhaustos, habían ido tan al límite que, aunque tenían permiso, no les quedaron fuerzas para celebrar la gesta.

Louis van Gaal espera que el 1-4 de Turín sea, por fin, el punto de partida del gran Bayern. “Ahora lo que tenemos que hacer es apretar el acelerador”, apunta y confía en que, con el regreso de Ribéry, 2010 sea el año del Bayern.

Olic, talismán y símbolo

¿Cómo se explica el golpe de autoridad del martes? Van Gaal destaca la aportación de Ivica Olic por tirar del carro en un momento delicado. En Turín, el delantero croata, autor del 1-2. transmitió al equipo ese carácter que distinguió al retirado Oliver Kahn y, aunque suene exagerado, se ha erigido en el símbolo del viejo Bayern. Desde que volvió tras una lesión de siete semanas los bávaros no pierden. “El rojo va a ser un color a tener en cuenta”, avisa Olic.

También explica la reacción muniquesa el hecho de que el meta Butt se haya asentado en la titularidad y se sienta realmente el portero del Bayern. No sólo eso. Convirtió con aplomo el penalti del 1-1 en Turín. En el centro de la defensa, el belga Van Buyten, que participó en dos goles ante la Juventus, también ha ganado en solides, mientras en el centro del campo la agresividad del incombustible Van Bommel es imprescindible. Y en ataque Mario Gómez, al fin, se ha reecontrado con el gol

Ribéry revela que "me dolía al sentarme"

Franck Ribéry, gran esperanza para que el Bayern dé el definitivo salto de calidad en la Champions, admite que ha pasado unas semanas muy difíciles debido a la tendinitis de rodilla que le impide jugar desde el 3 de octubre. “Todo me ponía nervioso. Estaba hasta la coronilla de sentir dolor constantemente, cuando conducía o simplemente me sentaba”, revela. “Al fin detectaron que los músculos del muslo izquierdo eran tres centímetos más cortos que los del derecho”. Ahora su calvario parece definitivamente superado

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