Cristiano, vete a la playa

REAL MADRID

La inversión más cara de la historia, por ahora, dejó en evidencia toda su maravillosa proyección

¡Qué lástima! El segundo mejor futbolista del mundo va camino del Oscar a pasos agigantados. La inversión más cara de la historia, por ahora, dejó en evidencia toda su maravillosa proyección. Fue todo un recital de lo que no tiene o no tendría que ser una estrella a la que ya le mandaron callar en el Camp Nou y que lo hace muy mal cuando se trata de no jugar al fútbol. Ese es su problema: si se limitara a hacer lo que mejor sabe, volvería a ser el segundo Mejor del Mundo (Leo Messi le mira por el retrovisor) y pelear por el primer puesto.

Peor para el Madrid y para quienes nos gusta todavía el fútbol que creó el equipo blanco en los primeros veinte minutos del partido y que desapareció por arte de magia. Y lo que no tiene excusa es que para este equipo, que quiere levantar la Champions en el Bernabéu, todo se vaya abajo y desaparezcan del mapa. De todo ello se aprovechó un modesto Almería que no se cerró, como en el Camp Nou, sino que plantó cara hasta que se produjo el error del colegiado Estrada en el enésimo 'piscinazo' de Ronaldo, mejor dicho de Cristiano ya que ese apellido es otra historia bien diferente.

Ese fallo de apreciación arbitral propició todo un carrusel de tonterías impropio de un gran futbolista como el portugués. Primero, se tira descaradamente ante Alves y el colegiado pica, segundo va y lanza la pena máxima y falla y, claro, como el disgusto es mayúsculo se queda helado. Ni va a buscar el rechace ni va al abrazo con el compañero Benzema que remedia lo que hubiera podido ser la pérdida de dos puntos en el partido.

Y llegó el cuarto. Ahí sí que se gustó. La jugada fue mérito de Higuaín y Cristiano sólo tuvo que tocarla, como le gusta, con todo el cariño en el fondo de la red andaluza. Se volvió loco. “Es normal” pude escuchar en dos emisoras de radio. “Es normal porque ha estado mucho tiempo sin poder jugar por la lesión”. Pues será normal aunque la mitad de la ficha se la tendría que dar al argentino.

Y, el corolario: autoexpulsión por agresión a un contrario. Ahí también le tiene que dar las gracias a Estrada Fernández porque la cartulina que tenía que ver era la roja. Fue un golpe al rival, como admitiría más tarde el propio expulsado, aunque eso significa que Pellegrini no podrá contar con sus servicios en Mestalla.

Sólo una cosa más: fue el primero en ducharse y salir del vestuario. Y lo hizo en tiempo récord aunque dio la cara y habló ante los medios aunque le tenemos que decir: 'Cristiano, vete a la playa'.

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